El tiempo es oro, sin embargo, también es el punto débil de la mayor parte de los trabajadores. Todos hemos vivido en algún momento el malestar de no optimizar nuestra agenda al tener la sensación de ir contrarreloj. Sin embargo, es importante escuchar los síntomas de este malestar a tiempo para poner remedio. ¿Cuáles son los efectos secundarios de esta actitud?
Efectos negativos de este estrés
1. Cuando pasas por una situación de este tipo, no disfrutas de tu trabajo. El lastre de la prisa no te deja concentrar en los detalles. Y te pierdes muchos matices por el camino.
2. Un cansancio psicológico que afecta también al plano físico. El estrés puede producir dolores específicos, por ejemplo, molestias en la zona de la espalda.
3. Muere por completo la creatividad y aumenta el trabajo mecánico incluso en tareas intelectuales.
4. No te queda tiempo para otras cosas que te gustaría hacer y que son muy importantes. Por ejemplo, seguir formándote, leer la prensa del dia o buscar otro empleo.
5. Vives con la frustración continua de estar en dos planos distintos. Uno es el ideal en el que te sientes cómodo. Y otro es el real en el que nada es tal y como tú habías planificado. Y esta dicotomía afecta a la motivación laboral.
6. Esta prisa también altera tu estado de ánimo, tu receptividad hacia los planes sociales es menor. Por tanto, es muy posible que no te muestres tan receptivo hacia el compañerismo y las relaciones personales en la oficina.
7. Cuando vives con la prisa a cuestas, no tienes margen para pararte a pensar, hacer autocrítica, corregir errores y establecer cambios. Simplemente, sobrevives a lo inmediato. Y esto causa una gran frustración al dejar la búsqueda de la felicidad en un segundo plano.
El tiempo es oro. Inviértelo en tu propio beneficio.