Estarás de acuerdo conmigo cuando digo que el trabajo no debe ser un medio por el que ganarse la vida sólo para conseguir dinero y llegar a final de mes, si no que tendrá que ser una forma de vida que te haga sentir bien y que además te permita ganar dinero y poder llegar a final de mes y vivir cómodamente. Si no tienes el trabajo que te llena muy probablemente te sentirás encadenado, como en una jaula de la que quieras salir a toda costa.
Pero es cierto que cuando no se está en el trabajo adecuado parece que las cosas se ponen bastante difíciles, quieres dejarlo pero no quieres perder dinero porque tienes que llegar a final de mes. Para muchas personas (como las personas autónomas) la prestación por desempleo es una utopía, aunque hay personas asalariadas que después de que las despidan aprovechan esta prestación para poder buscar el trabajo de sus vidas. Pero también hay personas que renuncian a un puesto de trabajo y que no pueden optar a una prestación por desempleo por lo que todo se vuelve más difícil. Parece que dejar el trabajo no es la mejor opción aunque sea una cárcel para ti.
¿Dejar el trabajo es una buena opción?
No es fácil cuando se piensa en buscar la pasión y seguirla para ganarse la vida. Buscar esa formación que siempre has deseado y conseguir trabajar de lo que te apasiona a cualquier precio, a cualquier edad y pese lo que pese. Algunas personas te dirán que dejar el trabajo que no te gusta y hacer lo que amas es lo mejor del mundo porque curarás todos los problemas que tienes actualmente en tu vida. Muchos piensan que es la cura para aquel que siempre está estresado, con exceso de trabajo o que se siente mal por el camino que ha escogido.
La verdad resulta obvia: dejar un trabajo de forma impulsiva y definitivamente sin saber hacia dónde te quieres dirigir no resolverá todos tus problemas.
El camino hacia la cumbre
El camino hacia la cumbre nunca es fácil y cuando se llega a lo alto podemos encontrarnos con una pendiente hacia abajo que te haga preguntarte: ¿Y ahora qué debo hacer? Si piensas que algo externo resolverá tus problemas es probable que en lugar de encontrar soluciones sólo encuentres otros problemas añadidos, dudas sobre hacia dónde quiere ir y sobre todo, un esfuerzo añadido que quizá no contabas con ello.
Si quieres dejar un trabajo porque realmente te hace infeliz tu pensamiento de hacerlo será el primer paso, pero deberás pensar qué camino quieres escoger, qué quieres lograr, cuáles son tus objetivos… y dejar el trabajo cuando ya hayas empezado a caminar por dónde realmente quieres y sepas cómo te ganarás la vida para llegar a final de mes. Así no te sentirás ante la oscuridad y podrás seguir caminando sin que ninguna pendiente te haga sentir miedo.
La libertad es un estado mental
La realidad es que si crees en ti mismo y en todo lo que haces en el momento en que lo haces… serás libre. La libertad es un estado mental y tienes la opción de que ahora, en este instante puedes hacer lo que quieras. ¿Tendrás consecuencias sobre las decisiones que tomes? Seguro que sí, todas las decisiones tienen algún tipo de consecuencia, pero tienes la libertad de poder hacer lo que quieres, está a tu alcance… sólo tienes que escoger esa opción, si quieres.
Muchas personas pueden querer dejar su trabajo porque quizá trabajar para uno mismo aporta más control y sentimiento de libertad, realmente es un verdadero cambio, pero todo tiene sus pros y sus contras. Trabajar para uno mismo tiene limitaciones… nada es tan perfecto como parece, pero tus valores y tus proyectos te pueden hacer ir por el camino correcto, ¿y cuál es? El camino con el que te sientas mejor contigo mismo, sin ponerte límites.
Pero dejar el trabajo no es algo que te dé libertad, es otra forma de empezar nuevos proyectos que deberás cumplir con responsabilidad y buen hacer. Es por eso que antes de dejar un trabajo, deberás tener muy claro qué quieres conseguir. Pero debes tener algo muy claro: Si quieres, puedes conseguirlo.