El poder del Efecto Pigmalión

efecto pigmalión

Las personas hacen mejor las cosas cuando se espera más de ellos. En educación esto se conoce también como el efecto Pigmalión. Se ha demostrado en un estudio tras otro y los resultados son reveladores. En un proyecto de investigación, por ejemplo, las expectativas del profesor sobre la capacidad de un niño en edad preescolar fue un predictor sobre cómo iría en sus años posteriores. Un aumento de las expectativas del estudiante mejora los resultados del aprendizaje. 

Pero lo mismo ocurre a la inversa. Si hay bajas expectativas sobre un estudiante, es más que probable que se crea lo que dicen los demás de él y que sus resultados de aprendizaje sean poco exitosos a causa de que realmente se cree que no es capaz de hacer las cosas mejor… aunque sí pueda conseguirlo realmente.

La importancia del efecto Pigmalión

Debemos entender que cuando hablamos del efecto Pigmalión, estamos hablando de cómo lo que pensamos se hace realidad… es lo que se conoce también como una profecía auto-cumplida.

Su origen viene de Grecia. Pigmalión era un escultor que se enamoró de una de sus mejores obras, a la que llamó Galatea. Estaba tan enamorado de esa escultura que la diosa Afrodita se apiadó de su amor y la convirtió en una mujer real. Una historia parecida la podemos encontrar en uno de los cuentos clásicos más famosos y que seguramente conocerás: Pinocho. Una historia donde un hombre deseaba tener un hijo por encima de todas las cosas… y el muñeco de madera cobra vida gracias al amor tan profundo que Gepeto tenía. Estas dos historias dejan muy claro exactamente qué es el efecto Pigmalión y las profecías auto-cumplidas. Lo que piensas, lo creas.

Básicamente, trata de que las expectativas o creencias que tienen las personas sobre sí mismas, serán las que determinen sus pensamientos y sus comportamientos, algo que les ayudará a que sus expectativas se hagan realidad, ya sean expectativas altas o bajas. Por lo tanto, la profecía auto-cumplida son las percepciones que tenemos de nosotros mismos.

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El poder de las expectativas

Las personas como te he dicho más arriba, tendrás mejores resultados cuando se espera más de ellos. Esto hace que las personas creen el clima, la actitud y una forma de trabajo ideal para mejorar los resultados. No importa la edad, no importa el ámbito, si crees que puedes, podrás. Si crees que no puedes, ni lo intentarás.

El efecto Pigmalión puede tener un efecto muy positivo en la vida de las personas, aunque hay que tener en cuenta también el otro lado de la moneda. Para que el efecto Pigmalión tenga efecto en las personas y realmente se consigan resultados positivos, las expectativas deben ser reales y sobre todo, que existan las herramientas para que puedan llevarse a cabo. No puedes juzgar a un pez para que trepe un árbol igual que lo podría hacer un mono… cada uno tiene sus habilidades y sus potencias, y en eso se deben basar las personas para poder encontrar el talento oculto en cada una de ellas.

Además de descubrir el talento, para que se produzca el efecto Pigmalión positivo, es necesario que seamos conscientes y que tanto si estimulas a otra persona como si lo haces hacia ti mismo, los gestos, las actitudes y los mensajes sean los adecuados para potenciar el talento.

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Pero también tiene una parte peligrosa

Del mismo modo que puede ser positivo, también existe una parte realmente peligrosa del efecto Pigmalión. Pueden ser negativos. Si las expectativas hacia el otro o hacia uno mismo no son reales y empiezan a ser demasiado subjetivas es posible que se tornen negativas. Por ejemplo, es posible que padres o profesores digan a sus hijos o alumnos lo contrario de lo que quieren en ellos mismos y que realmente se consiga. Los reproches, las malas palabras o los mensajes negativos en las personas pueden cavar muy hondo en la personalidad de las personas. 

Cuando un niño -o un adulto- escucha constantemente cosas de personas importantes de su vida, como por ejemplo:

  • No vales para nada
  • Cállate que no dices nada bueno
  • Eres malo
  • Das asco de lo gordo que estás
  • Nunca serás nada en la vida
  • Eres un inútil
  • No sabes hacer nada en condiciones
  • Vas a ser un miserable toda tu vida
  • No hace falta que te esfuerces, no vales para nada

¿Te puedes imaginar el gran impacto negativo que pueden tener estas afirmaciones para quienes las sufren? Es muy importante evitar estos efectos devastadores en la personalidad de las personas y ser conscientes que las palabras tienen mucho poder, sobre todo cuando están dirigidas a personas que están en desarrollo como niños y adolescentes. Es necesario cambiar la forma de expresarse por una actitud más positiva, tanto hacia uno mismo como hacia los demás.


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