En la etapa actual, las librerías y las bibliotecas han despertado el interés de nuevos lectores. La literatura se ha convertido en una fuente de resiliencia para viajar a través de la imaginación, para encontrar consuelo en la dificultad y para experimentar la compañía frente a la soledad. Los beneficios de la lectura son innumerables en cualquier etapa vital.
Y, sin embargo, existen numerosos factores que pueden condicionar este hábito. Cuando el propio entorno no muestra la importancia que tienen los libros a través del espejo del comportamiento de los familiares directos, la persona no recibe esta inspiración positiva. Aunque leer es un hábito importante en cualquier etapa, en este artículo vamos a analizar con más detenimiento qué ventajas ofrece en la adolescencia.
1. Historias protagonizadas por adolescentes
La adolescencia es una etapa de cambio y de evolución. Un periodo en el que el joven se siente más identificado con su grupo de amigos. Pero el joven también busca su propio espacio, sumergido en su propio mundo. Son muchos los temas que pueden centrar su atención en esta etapa: amistad, búsqueda de autonomía, inseguridades, miedos, esperanzas, toma de decisiones y primeros amores.
El lector de esta edad puede encontrar en novelas protagonizadas por personajes adolescentes, figuras con las que se identifica. Dichos personajes atraviesan situaciones que le muestran una realidad que le resulta cercana. El adolescente protagoniza un capítulo muy especial de su historia. Un capítulo que también tiene dosis de complejidad. Y los libros aportan compañía, seguridad y referencias valiosas.
2. Inteligencia emocional
Las emociones y sentimientos ocupan un lugar destacado en las obras dirigidas al público adolescente. Este mundo emocional se describe, principalmente, a través de la acción. Con frecuencia, estas obras no se detienen en una extensa lista de adjetivos, sino que destacan por el dinamismo de los hechos. Un proceso que está muy presente en la propia vida del adolescente, ya que este es un periodo marcado por novedades constantes.
Sentimientos agradables y desagradables tienen espacio en libros para adolescentes con los que el lector se identifica.
3. Imaginación
La felicidad está alineada con la realidad de lo posible. Pero también con la capacidad de imaginar y soñar numerosas alternativas. Los libros alimentan la creatividad de lectores de todas las edades. El adolescente reinterpreta la historia desde su propio punto de vista. Imagina y crea a partir de sus circunstancias. Este viaje de imaginación enriquece la propia rutina diaria. Aporta una forma de evasión que va más allá del aquí y el ahora.
4. Recursos y herramientas para la vida
Renunciar al hábito de la lectura implica cerrar puertas que, por el contrario, se abren a partir del descubrimiento de la primera página. Cada historia aporta enseñanzas que se convierten en una fuente de recursos y herramientas para afianzar la felicidad.
Los adolescentes comparten con sus amigos experiencias especiales de esta etapa vital. Pero los libros también se convierten en un espejo en el que observar situaciones que, incluso cuando tienen dosis de fantasía, tienen un arraigo con la realidad.
El testimonio de aquellos lectores que dedican mucho tiempo a cultivar esta experiencia da voz a los múltiples beneficios que ofrece la lectura.
5. Descubrimiento de los intereses personales
Cuando el hábito se afianza en esta etapa, es probable que el lector siga cultivando esta experiencia en la etapa adulta. El adolescente descubre en bibliotecas y librerías obras que le interesan y que llaman su atención. Pero también descubre algunas historias a través de la recomendación de otros amigos. Vincular la lectura con las propias aficiones personales es clave para incrementar el interés en este objetivo.
La lectura, en síntesis, es muy importante en la adolescencia y siempre.