La capacidad de aprendizaje te acompaña constantemente a lo largo de la vida si mantienes un interés por salir fuera de la zona de confort. El verano es un periodo del año marcado por planes que rompen con la rutina habitual de los meses previos. En Formación y Estudios te proponemos cinco ideas para potenciar la neuroplasticidad.
1. Integra algunos cambios en tu día a día
Piensa en la cantidad de tareas que realizas cada día, prácticamente, sin pararte a pensar de aquello que vas a hacer. Son rutinas con las que ya estás tan familiarizado que forman parte de tu vida. Esta rutina te ofrece una zona de seguridad, puesto que te sientes cómodo con esta planificación del tiempo.
Pero es recomendable que no te estanques en la seguridad que produce lo conocido. Abre nuevas puertas y conecta con el efecto que genera la novedad en el día a día. Por ejemplo, pasea por otros caminos diferentes a los que recorres habitualmente o cambia el orden de algunas actividades.
2. Viajar
Previamente, hemos comentado que es muy importante romper la rutina puesto que los nuevos estímulos potencian la plasticidad. Pues bien, existe una experiencia vital que está directamente vinculada con el descubrimiento constante de un entorno que presenta características propias: oferta cultural, paisajes, museos, monumentos, arquitectura, negocios, calles comerciales, parques, bibliotecas… El viaje no solo te muestra la belleza de un lugar de destino, sino que también te aporta una nueva mirada del propio lugar en el que vives.
La mirada que tienes cuando vuelves de nuevo a tu hogar es diferente de aquella que te acompañaba antes de emprender esta aventura. Un viaje, vivido de forma consciente, es sinónimo de aprendizaje. No es necesario emprender un trayecto para llegar a un destino lejano. El turismo de proximidad también ofrece numerosas enseñanzas.
3. Cultiva tus relaciones personales
El aprendizaje, al que hemos hecho alusión anteriormente, también puede estar acompañado por la experiencia del encuentro con los demás. Cuando te apuntas a un curso sobre un tema que te encanta, no solo amplías tu conocimiento en ese campo.
También te integras en un grupo que comparte esa afición. Las relaciones personales son una fuente de felicidad, reconocimiento, autoestima y diálogo. El arte de conversar con calma resulta muy enriquecedor en un entorno marcado por la prisa.
4. Estímulos intelectuales
El contacto con la cultura, por ejemplo, potencia la neuroplasticidad. Leer libros, escribir cuentos, escuchar música, visitar museos, realizar fotografías o ver películas son ejemplos de actividades que pueden enriquecerte personalmente. Interactúas con el entorno cuando observas todo aquello que se encuentra a tu alrededor. Los estímulos no solo pueden ser intelectuales sino, también, como hemos dicho previamente, sociales.
5. Vida saludable
La llegada de un nuevo verano te aporta la ocasión de hacer balance para tomar decisiones importantes. Quizá haya algún cambio que quieres incorporar en tu existencia a partir de ahora. Un estilo de vida saludable es beneficioso desde un punto de vista integral. Por tanto, intenta cuidarte de forma consciente, sin buscar excusas que te lleven a no dedicarte el tiempo que verdaderamente mereces. En esta época del año, marcada por el ritmo más relajado de las vacaciones, puedes desconectar de las obligaciones habituales.
El estrés de otros periodos del año parece quedar atrás. Sin embargo, la prevención del estrés debe extenderse a lo largo de cualquier periodo del año. Por ello, encuentra momentos de calma para hacer cosas que te gusten y disfrutar como mereces de tu propio tiempo.
¿Qué otras ideas para potenciar la neuroplasticidad quieres comentar en Formación y Estudios? ¡Ejercita tus habilidades cognitivas sin quedarte estancado en la rutina frecuente!