La educación es uno de los ámbitos más importantes desde el punto de vista social y humano. La educación forma al hombre, eleva a la persona por encima de sí misma al potenciar capacidades tan importantes como la inteligencia, la sensibilidad y la voluntad. ¿Cuáles son los objetivos esenciales de la educación en la infancia?
Formación en valores
En un aula no solo se desarrollan contenidos teóricos o prácticos. Los valores nutren el ánimo de los alumnos. Los valores son esenciales porque aumentan la resiliencia del ser humano dentro y fuera de clase. Es decir, la ética es un pilar esencial de la vida.
Desarrollo individual dentro del grupo
Un profesor imparte clases a un grupo de alumnos. Un grupo en el que existe una relación constante entre el todo y las partes (los integrantes del grupo). Esta relación entre los individuos y la totalidad es evidente en el coaching sistémico. Pues bien, el objetivo individual de la educación es buscar el equilibrio entre ambos planos. Por ejemplo, es muy importante potenciar la integración de todos los componentes del grupo. Así como es importante que cada uno tenga su propia personalidad dentro del mismo.
Conocimiento de la cultura
Un colegio está contextualizado en un ámbito en concreto. Por esta razón, la vida escolar se nutre de las propias tradiciones del lugar. Por ejemplo, muchos colegios celebran ahora la fiesta Halloween con algún evento temático acompañado por la magia de un disfraz. Por medio de la vida académica en el centro y de la educación, los alumnos también descubren las tradiciones propias del lugar en el que viven. Así ocurre, por ejemplo, con las fiestas de Navidad que se notan en la propia vida académica por medio de la decoración típica del centro.
Evolución del alumno
El verdadero éxito de un alumno se mide a partir de su propia evolución. Y la educación es un motor para dicha mejora continua del alumno en las distintas asignaturas. Es positivo que profesores y padres puedan observar el desarrollo del niño a partir de la propia formación.
Entre los objetivos de la educación se encuentra el reto tan importante de impulsar a cada alumno en el descubrimiento de su propia vocación. Aunque no es hasta la universidad cuando los alumnos eligen el grado o la rama de Formación Profesional que quieren cursar, en muchos casos, es en la infancia cuando el alumno ya empieza a descubrir habilidades propias. Es decir, aquello que se le da bien hacer y que le gusta hacer.
La educación potencia el desarrollo de las capacidades del alumno a partir de sus propias circunstancias. Es decir, la educación es un valor democrático, un bien de derecho universal.
Desarrollo de habilidades personales
En el contexto del aula, el alumno aprende a trabajar en equipo siguiendo la meta de un objetivo común. Además, también comprende el concepto de autoridad. Aprende a relacionarse con el concepto de norma en la realización de las distintas dinámicas. Adquiere hábitos que forman parte de un estilo de vida feliz. Pone en práctica sus habilidades sociales. En concreto, pone en práctica el valor de la amistad por medio del juego en el recreo.
La educación cambia vidas. Y la educación es un motor de desarrollo. Por tanto, por medio de la educación, los niños comienzan un camino que no termina nunca en las almas libres. Así lo expresa Sócrates: «Solo sé que no sé nada».