Cada etapa académica requiere de implicación en el estudio por parte del alumno. Las técnicas de estudio son prácticas en este contexto. La etapa universitaria es especialmente importante porque está próxima al futuro profesional de quien se especializa en un campo en concreto.
La preparación de los exámenes ocupa a los alumnos que deben superar dificultades en este proceso, planificar el tiempo e identificar objetivos realistas. ¿Qué técnicas de estudio es posible utilizar en esta etapa? En Formación y Estudios compartimos algunos ejemplos.
Subrayado
El alumno tiene una amplia experiencia práctica con la utilización de esta técnica que ha empleado en otros periodos académicos. El nivel de complejidad de los textos aumenta. Sin embargo, conviene mantener el mismo criterio: diferenciar lo importante para identificarlo visualmente en una nueva lectura. Por ejemplo, subraya la idea principal de cada párrafo. Uno de los errores frecuentes en este ejercicio, es marcar más contenido del necesario.
Resumen
Antes de elegir una técnica de estudio, conviene analizar el objetivo educativo del mismo. El resumen es un documento que consigue sintetizar con acierto el contenido de un texto más largo. De este modo, esta brevedad facilita la lectura de las ideas principales pero de manera más esquemática. Además, cuando el alumno se implica en la elaboración de un buen resumen, también se concentra en el estudio de la materia. El subrayado previo te ayuda a desarrollar un buen texto con principio, desarrollo y cierre.
Tarjetas de estudio
Utiliza aquellos recursos que te ayuden a estudiar mejor. Prioriza aquellos medios que te parecen más prácticos. Las tarjetas destacan por su contenido visual. Este tipo de formato puede tener una estructura impresa o virtual. Puedes diseñar tus propios carteles para repasar conceptos. En ese caso, un lado de la tarjeta muestra un término o un tema concreto, y en el otro se encuentra el desarrollo detallado del asunto descrito.
Apuntes
El estudio comienza con el aprovechamiento del tiempo en clase. Es positivo que el alumno llegue con puntualidad al aula. Escribir apuntes es una práctica habitual para cualquier estudiante. Aunque un alumno puede pedir prestados los apuntes de una asignatura a un compañero, es preferible estudiar a partir del material propio.
Sin embargo, cuando estás en clase, escribes con rapidez para no perder el hilo argumental de la exposición del profesor. Por ello, este borrador puede perfeccionarse en casa con una nueva revisión. En el aula, utiliza abreviaturas para escribir estas anotaciones en menos tiempo.
Esquemas
El objetivo de estas herramientas es facilitar la comprensión. Muchas de estas técnicas simplifican el nivel de dificultad. Así ocurre con aquellos medios que consiguen sintetizar un tema para reducirlo de manera significativa. En ese caso, lo importante sigue estando presente en el resultado final de un esquema. Este tipo de ejercicio resulta especialmente práctico para llevar a cabo el repaso.
Lectura en voz alta
En todo proceso de estudio, debe existir una etapa de lectura silenciosa. Esta experiencia mejora la concentración para entender lo leído. Pero, en este plan de acción, no solo es positivo potenciar la memoria visual, sino también la auditiva. ¿Cómo lograr esto último? La lectura en voz alta favorece esta experiencia. Cuando lees en voz alta, o repites de este modo las ideas principales de aquello que recuerdas, te escuchas a ti mismo en este proceso. Y la propia escucha alimenta la memoria de los datos más relevantes.
Estas son algunas de las herramientas que puedes utilizar si te encuentras en la universidad. En la mayoría de los casos, es necesario combinar varias técnicas para facilitar el aprendizaje: el subrayado, los apuntes, el resumen, el esquema, las tarjetas y la lectura comprensiva te ayudan en esta etapa.
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