Es posible que en algún momento de tu carrera académica o profesional te sientas demasiado bajo de ánimos como para seguir luchando. Pero la realidad es que es muy importante que para poder seguir alcanzando tus objetivos no tires la toalla y saques la fuerza de debajo de las piedras aunque te sientas algo derrotado. En la actualidad las personas tenemos muchas responsabilidades y es probable que sientas que te sientes quemado/a, perdido/a, abatido/a…
Es posible que hayas pensado que eres lo suficientemente fuerte como para hacer frente a cualquier adversidad pero sin pensar si realmente es cierto que puedes con todo. Las largas listas de tareas pendientes pueden marcar tu estado de ánimo e incluso puedes sentirte realmente abatido en algunos momentos. Incluso es posible que pienses y te cuestiones en algunos momentos si realmente tanto esfuerzo merece la pena.
Pero la derrota no es una opción. Para ti no. Si estudias o trabajas, es porque quieres avanzar en tu vida, tienes unas metas que cumplir y un camino por donde transitar, esto ya es motivo más que suficiente para que la derrota no sea una opción en tu vida. Puedes seguir adelante aunque ahora mismo te veas en el fondo del pozo. Recuerda estos consejos y empieza a flotar de nuevo.
El mal de las dudas
Las dudas son un mal que todos tienen de vez en cuando en su mente, es bastante habitual pero también pueden ser altamente destructivas si no se para de pensar en ellas. Dudar de ti mismo y de tus acciones es algo habitual pero puede tener un efecto adverso en tu autoestima y en tu vida en general. Si hiciste algo ayer y lo dudas hoy, no hay nada que puedas hacer al respecto, ya lo hiciste… se quedó en el pasado. En lugar de seguir dudando o lamentando, busca soluciones y en cómo salir de la situación en caso de que sea necesario y posible.
Si dudas sobre el propósito que debes seguir en la vida, de tu pareja, de tus estudios… Entonces es una señal clara de que hay algo que debes cambiar, tu estilo de vida no te satisface y es importante empezar a ver otros enfoques. Quizá dudes de tus talentos, de tus instintos, de tus sueños, de tus metas… No hagas que las dudas sean un hábito en tu vida… Esto puede hacer que te sientas realmente mal. Las dudas solo reproducirán tus miedos y te impedirán vivir una vida feliz.
En lugar de centrarte en todas tus dudas, piensa en lo que vas a hacer para estar mejor y conseguir mejores resultados. Piensa en cómo te sentirás cuando logres el éxito, todo comienza en tu mente… Porque si puedes imaginarlo, puedes conseguirlo.
Cambia el enfoque
Si te sientes derrotado/a es necesario que no te pongas a ti mismo/a en el centro del universo. Pensar demasiado puede ser un gran problema, puede hacer que algo que sea muy pequeño se convierta en una gran montaña que oprima tu pecho y no te permita casi ni respirar. Pensar en todos tus errores, fracasos o defectos no te hará mejorar… Pero si los piensas para mejorarte a ti mismo/a, entonces puede que te sientas mejor. Los cambios de humor pueden hacer que sientas que tu vida no tiene valor y que abandones tu carrera académica o profesional, ¿realmente es lo que quieres?
Céntrate en lo que hay alrededor tuyo y no tanto en ti. Quizá alguien de tu alrededor necesita de tu ayuda o de tu profesionalidad. No te encierres en ti mismo sintiendo lástima de ti o de lo desgraciado/a que eres, porque entonces solo conseguirás estar peor y no salir del pozo oscuro. La luz siempre se encuentra al final, solo tienes que ir caminando hacia ella y ver que todo lo que tienes en la vida puede verse con un color especial si lo haces a través del optimismo.
Tienes derecho a estar triste de vez en cuando, pero que esos sentimientos no puedan contigo. Si te das cuenta que te sientes abatido/a o demasiado triste durante demasiado tiempo, entonces no dudes en acudir a un profesional para que valore tu salud emocional y te ayude a encontrar el camino de tu felicidad.