Aunque la lectura y la escritura representan dos de los aprendizajes más relevantes que los niños experimentan en la infancia, son procesos que pueden seguir perfeccionándose a lo largo de la vida adulta. Leer es una acción que se integra en el estilo de vida actual como muestran diferentes experiencias. Por ejemplo, es probable que recibas diferentes mensajes de WhatsApp o que estés en contacto con información actualizada a través de las redes sociales. La lectura también se integra en el ámbito profesional por medio del descubrimiento de diferentes documentos.
Por su parte, el verano es un tiempo en el que algunos lectores aprovechan para sumergirse en nuevas historias (y otros muchos se proponen retomar la rutina positiva de leer). La lectura puede analizarse desde diferentes ángulos. Uno de ellos, la comprensión (es fundamental que entiendas plenamente aquello que lees para asimilar la información). Sin embargo, en este artículo vamos a poner el acento en otra cuestión: la velocidad. Una velocidad que siempre debe alinearse con la comprensión. No tiene sentido leer muchas palabras en un minuto si tras finalizar el proceso, no se entiende perfectamente el contenido. ¿Cómo mejorar la velocidad de lectura?
1. Apúntate a un club de lectura
Para estar en contacto con la lectura es aconsejable encontrar espacios en los que cultivar esa rutina. Por ejemplo, apúntate a un club de lectura (suelen iniciar su programación a partir del mes de septiembre). De este modo, tendrás el acompañamiento necesario para descubrir y comentar cada mes una nueva historia. La lectura de la obra se enriquece con el diálogo en torno a la historia cuando se desarrolla la nueva sesión.
2. Intenta leer un mínimo de quince o veinte minutos cada día
A veces, el hábito de la lectura se abandona de manera gradual por quedar a la espera de encontrar grandes espacios de tiempo para empezar y finalizar una novela. Sin embargo, la visión del lector cambia completamente cuando practica la constancia cada día. Es decir, es recomendable que el libro sea un bien visible y accesible en tu hogar. De este modo, su posición en la mesita de noche, en el escritorio o en la mesa de centro del salón actúa como un recuerdo de los beneficios que la lectura aporta a tu presente.
3. Concéntrate plenamente en el libro (y evita otras distracciones prescindibles)
Hoy en día, el lector puede convivir con numerosas distracciones mientras se entretiene con una historia. Sin embargo, es recomendable planificar el momento de la lectura para que la atención se centre principalmente en la obra. Por ejemplo, deja el teléfono móvil en otro lugar.
4. Visualiza las palabras clave de la oración
La lectura se afronta como un proceso que remite a una totalidad. Es decir, existe una conexión entre el contenido en su dimensión integral y los elementos que lo componen. Pues bien, para mejorar la velocidad de lectura también puedes entrenar la mirada para identificar las palabras clave de cada párrafo. En torno a los conceptos principales se estructura el resto de la información.
5. Márcate objetivos medibles para mejorar la velocidad de lectura
Si quieres entrenarte para incrementar tu velocidad en la lectura, sin perder de vista la comprensión del texto, márcate objetivos concretos y realistas. Es decir, define una meta medible para que puedas comprobar si has logrado el propósito inicial (leer un número de palabras determinado en un periodo de tiempo específico). Durante el verano se celebran las vacaciones que se integran en el periodo académico. Pues bien, la lectura es uno de los hábitos que puedes mantener en este momento del año y durante el curso. La velocidad es importante siempre que se alinea con la comprensión.