Después de obtener el título universitario, muchos alumnos continúan con el camino académico con la realización de un máster. Otros deciden emprender la búsqueda de un trabajo y se adentran en los inicios de su carrera laboral. Las opciones a valorar son variadas. De hecho, estudiar una segunda carrera es una alternativa a tener en cuenta. A continuación enumeramos los motivos que pueden aumentar tu deseo de tomar esa decisión.
1. Formación de excelencia
El alumno recorre un largo proceso de formación hasta completar el cumplimiento de los objetivos educativos de cada curso. Un largo periodo en el que existe una evolución personal que va más allá del contacto con el saber. La universidad, como espacio científico y humanista, propicia el desarrollo integral del estudiante. La biblioteca, los actos que forman parte de la agenda de eventos del centro y la creación de nuevos vínculos adquieren una relevancia esencial en este contexto.
2. Complementar los conocimientos de la carrera anterior
La decisión de estudiar una segunda carrera propicia un nuevo comienzo. Pero es un cambio de etapa que puede ponerse en conexión directa con el anterior. Así ocurre cuando la especialidad adquirida incrementa el valor de la titulación previa. La combinación de ambas formaciones impulsa el currículum del alumno en la búsqueda activa de empleo. Por tanto, la realización de dos carreras aumenta el grado de empleabilidad en el mercado laboral. Pero también puede producirse una situación diferente.
En ocasiones, el alumno finaliza la primera carrera y descubre, durante el proceso, que esa experiencia no se ajusta verdaderamente a sus expectativas profesionales. Y, como consecuencia de ello, quiere formarse en un campo que le resulta vocacional. En ese caso, una segunda carrera representa una nueva oportunidad para descubrir otra profesión.
3. No existe un límite para el conocimiento
Existe una razón esencial para continuar con la formación después de haber realizado una carrera: no existe un límite que sea definitivo para el conocimiento. Es posible explorar la realidad desde otras perspectivas. Y una segunda carrera ofrece recursos y herramientas para analizar un objeto de estudio. El título académico tiene un reconocimiento oficial que es muy valorado por las empresas que buscan nuevos talentos. Los departamentos de recursos humanos reciben la autocandidatura profesional de quien envía su currículum para ofrecer sus servicios.
Muchas personas hacen llegar su carta de presentación con el deseo de diferenciarse frente a otros competidores. Pues bien, una segunda carrera produce ese efecto de forma directa. Es un mérito que capacita al profesional con una formación de excelencia.
4. Búsqueda de la felicidad
Una segunda carrera prepara al alumno para afrontar con más recursos, herramientas y habilidades su trayectoria profesional. Pero la decisión de iniciar una nueva experiencia académica no se fundamenta, únicamente, en el futuro. Es un proceso que adquiere un sentido propio en el presente a corto, medio y largo plazo.
Generalmente, el estudiante disfruta de la experiencia de asistir a clases, superarse a sí mismo y conseguir nuevos objetivos académicos. Es decir, el protagonista visualiza su felicidad en la interacción con el entorno universitario, del que sigue formando parte a través de la realización de otra carrera.
5. Incrementar la visibilidad de la marca personal
Los titulados realizan diferentes acciones para diferenciar su currículum en un proceso de selección. Se matriculan en cursos, asisten a congresos y potencian sus fortalezas a través de la formación. Pues bien, una segunda carrera alimenta de forma significativa la visibilidad de la marca personal del candidato. Es un mérito que se consigue a través de un proceso exigente que no está libre de dificultades. Obstáculos que el alumno ha superado con constancia, motivación, determinación y seguridad en sí mismo.