Concentrarse para estudiar mejor es un objetivo que acompaña a muchos estudiantes. Además, la concentración puede estar condicionada por distintos factores. El contexto de nueva normalidad ha transformado la rutina. Y el estrés añadido a un tiempo en el que la preocupación por la salud está tan presente, también puede influir en la atención de aquellos alumnos que actualmente cursan sus estudios en la universidad. En Formación y Estudios te damos cinco consejos para lograr este objetivo.
Empieza por lo más difícil
Este consejo es especialmente indicado en aquel momento en el que, el hecho de aplazar esa tarea, afecta de manera negativa a tu rutina. Es decir, no te permite ocuparte plenamente de aquello que estás haciendo ya que, en tu interior, sientes el peso de ese obstáculo que tienes que superar.
Si, por el contrario, tienes la capacidad de comenzar a estudiar aquel tema que te resulta más sencillo, para continuar después con una materia más difícil, utiliza este orden para motivarte. Por el contrario, cuando la sensación de tener algo pendiente te afecta de manera negativa, es positivo que inicies tu tiempo de estudio con ese asunto que es más complicado.
Haz breves descansos
Existe una técnica que puedes utilizar para incrementar tu motivación en el estudio y, también, para concentrarte mejor. Por ejemplo, visualiza el premio que te vas a regalar al final del día cuando hayas cumplido tus objetivos de la jornada. Tal vez disfrutes de un nuevo capítulo de esa nueva serie que te encanta. Pero antes de llegar al final del día, debes afrontar nuevas metas a corto plazo.
Y, para poner en valor el esfuerzo realizado, es positivo que te motives con breves descansos que se convierten en una oportunidad para desconectar del estudio. Estos breves descansos no son una pérdida de tiempo sino una necesidad.
Incrementa el orden en el estudio
Los estudiantes mejoran sus resultados cuando planifican su agenda para estudiar el contenido de cada examen. Por ejemplo, elabora un calendario semanal adaptado a tus necesidades y a tus circunstancias. La elaboración de un calendario es una de las estrategias de gestión del tiempo que te ayuda a mejorar esta organización.
Pero el orden no solo tiene que ver con el tiempo, sino también con el espacio. Por ejemplo, es indispensable que ordenes tu escritorio y que tengas sobre la mesa, únicamente, aquello que vas a utilizar. Existe una relación entre lo externo y lo interno. El desorden que percibes a tu alrededor se convierte en una forma de ruido visual que afecta de manera negativa a tu nivel de concentración. Por el contrario, la armonía también te ayuda a crear un ambiente que invita a la calma.
Utiliza distintas técnicas de estudio
La elección de una técnica de estudio puede estar condicionada por distintos factores. Por ejemplo, la fase de estudio, el tipo de materia o la propia preferencia personal. Quizá tengas un amigo al que le ayude a una técnica que a ti no te resulta tan útil en la práctica. Sin embargo, las técnicas de estudio son herramientas que tienes a tu disposición para utilizarlas con un fin práctico.
Leer en voz alta
No es necesario que leas en voz alta siempre que estudias. Pero sí es positivo que practiques esta rutina para afianzar el repaso. De este modo, te escuchas a ti mismo mientras lees la información de un tema. Quizá en algún momento puedas contar con la colaboración de un compañero que te hace preguntas a las que tú debes responder correctamente. Pero el estudio está acompañado por muchos momentos de soledad en los que el alumno potencia su autonomía.