A pesar de todo lo que avanza la tecnología, un curriculum básico sigue siendo la herramienta fundamental y definitiva en la búsqueda de empleo, sobre todo para aquellos que acaban de terminar sus estudios y comienzan sus primeras aventuras profesionales.
El CV supone la tarjeta de presentación de la persona candidata a un determinado puesto de trabajo o en prácticas y se convierte también en el primer punto de contacto con la persona responsable del proceso de selección. Por ello, es muy importante que esté ordenado de forma clara y que sea sencillo para que, con una simple ojeada, se sepa si se quiere profundizar más en la candidatura.
Normalmente y, sobre todo si hay una oferta publicada en alguna de las numerosas plataformas de búsqueda de empleo, en un muy poco tiempo, los seleccionadores suelen recibir muchos CVs, por eso también es fundamental que la información esté muy bien estructurada.
A continuación resumiremos algunos de los aspectos más relevantes y que se tienen que tener en cuenta para la elaboración de un CV desde cero.
Consejos para hacer un CV
- No tener miedo de que sea demasiado corto. Si no se ha tenido ninguna experiencia laboral, no hay que sentirse inseguro. En esta primera fase de la vida profesional, lo que contará será la formación y las habilidades y no se espera que alguien que acabe de finalizar la carrera u otra formación tenga tres páginas de CV.
- Una buena estructura. Se comenzará con los datos personales más relevantes – nombre, forma de contacto, dirección postal si procede – para, posteriormente, empezar con la experiencia profesional – si se tiene -, formación, idiomas y el apartado de habilidades y / o más información. En el caso de ya tener cierta experiencia profesional, entonces primero irá la experiencia y luego la formación, sino, será al revés.
- Orden cronológico, de más reciente a más antiguo. Tanto los estudios como la experiencia profesional, deberá estar ordenada de esta forma para facilitar al seleccionador entender si pudiera encajar en el puesto actual.
- Evitar que la sección de habilidades o más información se convierta en un cajón de sastre. Son apartados adicionales que, normalmente, tienen valor porque describen características, actitudes y aptitudes del candidato y sirven para orientar sobre cómo podrían afrontar el puesto de trabajo y las herramientas de las que disponen para ello, pero, atención, no vale todo. Hay que incluir solo lo estrictamente relevante.
- El uso de un formato claro. Seguramente este aspecto puede resultar banal, pero es posible que sea casi el más importante. El contenido importa, pero también su forma. El CV tiene que entrar por los ojos, por lo que utilizar un interlineado de 1 para que la información no sea vea apretada, justificar los textos y utilizar las negritas, los guiones o las cursivas, ayudan a una lectura mucho más pausada.
- No mentir ni maquillar. Este es un error común y un consejo práctico, ya que si para el puesto se requiere un cierto nivel de inglés, por ejemplo, y se es consciente de no llegar, más vale incluir que se están recibiendo clases para manifestar el interés por mejorar que poner un nivel más alto del que se tiene y quedar mal en una primera entrevista.