El comienzo de un nuevo año invita a quienes miran con ilusión este comienzo a concretar nuevos objetivos profesionales. Pero también puede producirse la contradicción de que poco tiempo después, estos anhelos quedan diluidos en la memoria de aquellas expectativas que finalmente no se llevaron a la práctica. ¿Cómo lograr tus propósitos de Año Nuevo en 2020? En Formación y Estudios te damos algunas ideas.
1. Libertad
Tú protagonizas el inicio de este nuevo capítulo cuando realmente decides qué quieres hacer. No es una obligación fijar unas nuevas metas de 2020 porque al compás de los próximos doce meses tendrás la posibilidad de concretar nuevos proyectos, fechas y plazos. Tú decides si realmente deseas fijar estas metas o, por el contrario, prefieres evitarlo. La libertad también se contextualiza en el plano de las circunstancias. Tus circunstancias forman parte de tu realidad actual. Pero eso no significa que te determinen de manera absoluta. De hecho, tu libertad se manifiesta en la forma en la que respondes a los acontecimientos externos.
2. Originalidad
Elige un objetivo que realmente te motive. Intenta que el propósito seleccionado no sea una repetición de otras ideas ya repetidas en años anteriores. ¿Qué es verdaderamente importante para ti en este 2020 y por qué razón? Es decir, no se trata de elegir únicamente un objetivo, sino también se profundizar en la motivación por la que ese fin es importante para ti.
El 2020 es el inicio de una nueva década. No solo es el inicio de un nuevo año sino que también comienzas a escribir un capítulo que te adentra en un periodo muy importante de tu vida.
3. Planificación
Un propósito define la dirección que quieres seguir en este inicio del 2020. Pero esta dirección alcanza su máxima expresión cuando está acompañada por la planificación. ¿Cuál es el proceso a seguir para alcanzar ese horizonte que visualizas en el inicio del año nuevo? Escribe cuál será tu plan de acción con las distintas etapas que lo componen. No se trata de observar esta planificación de manera rígida sino flexible. Al compás del propio vivir podrás hacer cambios y modificaciones más allá del esquema que tenías previsto.
4. Contextualiza tu objetivo en la realidad
Cuando te marcas una meta demasiado general, resulta imprecisa en la práctica. Para escribir los objetivos de año nuevo es muy importante que des valor a lo concreto. Especifica aquello que quieres lograr. Cuando te marcas una meta demasiado general, te sientes desbordado desde el comienzo por un propósito que está formulado de manera incorrecta. Ser más feliz, por ejemplo, es un objetivo muy habitual en el inicio de un nuevo año. Sin embargo, cuando esta idea está planteada de este modo no resulta verdaderamente clarificadora.
5. Seguimiento del objetivo
Es relativamente cómodo comenzar un año enumerando una selección de propósitos que a nivel potencial pueden cumplirse o no. Sin embargo, sí verdaderamente quieres que estas metas se hagan realidad, tú tienes una responsabilidad sobre ellas. Por ello, tu compromiso con estas metas no termina el día 1 de enero. A lo largo del año puedes realizar un seguimiento del plan de acción, hacer balance del aprendizaje experimentado, descubrir los objetivos alcanzados y las metas que todavía están pendientes de realizar.
No te posiciones a la expectativa de recibir el regalo de un propósito cumplido como por arte de magia. Observa el bien que este propósito puede aportar a tu vida pero, también, qué vas a ofrecer tú a este objetivo. El cumplimiento de esta meta depende, en gran medida, de tu implicación, compromiso, motivación, constancia y superación. Existen muchos objetivos posibles. Si no puedes hacer realidad una meta, recuerda que otras también tienen un significado valioso.