Las competencias profesionales están directamente relacionadas con el desarrollo de un puesto de empleo. De hecho, ocupan un lugar relevante en los procesos de selección desarrollados por los departamentos de recursos humanos. Con frecuencia, analizan las competencias clave que el perfil deseado debe reunir para realizar las tareas propias del cargo al que opta.
El análisis de las competencias profesionales también puede ayudarte a mejorar tu currículum y tu carta de presentación. Ten en cuenta que es importante que hagas referencia a tus capacidades y talentos. A continuación, presentamos varias competencias profesionales con ejemplos a tener en cuenta para inspirarte.
1. La importancia del trabajo en equipo
Es una de las competencias más demandadas actualmente, puesto que muchos puestos se enmarcan en un proyecto de grupo. Y, en ese caso, el profesional debe tener la disposición para colaborar de forma coordinada con los demás. Por ello, esta competencia hace referencia a la capacidad de trabajar por un objetivo común.
2. El valor de la planificación
Con frecuencia, el trabajo se relaciona con los resultados alcanzados. Pues bien, el cumplimiento de un objetivo relevante se alinea con una óptima planificación. De este modo, la persona utiliza una estrategia efectiva para alcanzar el estado deseado y emplea de forma consciente los medios que tiene a su alcance. Los profesionales que destacan por su excelente capacidad de planificación son muy eficaces en la organización de proyectos, tareas y eventos.
3. Proactividad e iniciativa
¿Cómo se posiciona un profesional ante su jornada de trabajo? Un comportamiento reactivo es aquel que está condicionado por las circunstancias externas. Un papel proactivo, por el contrario, muestra la capacidad de anticipar situaciones, oportunidades y dificultades. Un profesional proactivo influye positivamente en el trabajo en equipo porque inspira a otros compañeros con su comportamiento.
4. Hablar en público con seguridad y autoconfianza
Muchos puestos de empleo están condicionados por la necesidad de contar con excelentes habilidades para hablar en público. Por ejemplo, aquellos profesionales que ocupan un puesto de servicio al cliente ofrecen un trato personalizado. Es una competencia que puedes poner en práctica en contextos diferentes. Por ejemplo, cuando realizas una presentación en público, cuando participas en una entrevista de trabajo en grupo o cuando realizas una pregunta al ponente de una conferencia. Pues bien, es una capacidad que también está muy presente en la vida profesional.
5. Formación continua en el propio puesto y más allá del mismo
La formación continua es una competencia clave en sí misma, pero, a su vez, es un medio para impulsar la adquisición de nuevas habilidades. En caso contrario, el profesional corre el riesgo de quedarse muy estancado en su zona de confort. Es decir, no amplía su conocimiento sino que permanece enfocado en aquello que ya sabe. Sin embargo, puede ocurrir que su nivel de preparación no sea suficiente para afrontar nuevos cambios.
Por ello, es recomendable anticiparse a esa circunstancia por medio de la disposición para actualizar el currículum de forma frecuente. La formación se complementa con la realización de nuevos cursos y talleres. Pero el propio puesto de empleo crea las condiciones ideales para que el trabajador alimente su talento.
6. La competencia clave de la negociación
Es una de las competencias clave en profesionales que buscan acuerdos relevantes en la empresa. Los pactos alcanzados suponen una ventaja para los participantes en el proceso. Sin embargo, existen casos de negociación que son muy complejos. Por ello, aquellos profesionales que destacan en esta competencia clave, son especialmente demandados para el desempeño de puestos de responsabilidad.
Recuerda que cada puesto de empleo requiere de unas competencias clave que puedes tener en cuenta en tu búsqueda activa de empleo.