Cuando estudiamos, hay ocasiones en las que decimos que no tenemos tiempo para hacer más cosas. Es verdad que muchas veces la cantidad de trabajo que tendremos será muy grande. Pero también es verdad que tenemos a nuestra disposición grandes herramientas que nos echarán una mano en nuestra organización. Y si no, echadle un vistazo a las agendas. Ya sean electrónicas, ya sean digitales, este tipo de inventos os ayudarán a saber lo que tenéis que hacer, en cada momento.
Imagináos que tenéis una semana muy atareada. Podéis haceros una agenda con el fin de organizar todos los horarios y, de esta manera, intentar conseguir algunos minutos libres que podáis usar para otros menesteres. Las agendas no tienen por qué limitarse a nuestros estudios, ya que también pueden extrapolarse a nuestra vida diaria. De esta manera, podéis utilizarlas para juntarlo todo y realizar una «superagenda» en la que esté todo apuntado. Buena idea ¿verdad?
A vuestra disposición tendréis dos tipos de agendas: las físicas y las digitales. Las físicas son las de siempre, es decir, esas en las que tendremos a nuestra disposición un montón de páginas, con varios días en cada página. Las digitales ya son diferentes. Nos ofrecen nuevas características y funciones que no veremos en las físicas (es físicamente imposible) La pregunta es cual de ellas utilizar, aunque eso ya es cuestión de gustos.
Lo importante es que utilicéis una agenda que os permita organizar tanto vuestros estudios como vuestra vida personal, en el caso de que también queráis hacerlo con lo segundo. Sin duda, buenas herramientas.