¿Cuál es la carrera más fácil? Es una pregunta que se plantean con frecuencia quienes se encuentran en el momento de tomar la decisión de iniciar una nueva etapa en la universidad. Es habitual evaluar el nivel de dificultad desde un punto de vista general, sin embargo, existen muchas variables que influyen en la percepción del proceso académico. Cuando el alumno está motivado y comprometido con su objetivo, la visión de la dificultad cambia. Lo mismo sucede cuando el estudiante profundiza en temas que verdaderamente le gustan y que le permiten desarrollar su talento y sus habilidades personales.
La visión de la dificultad en torno a las carreras, con frecuencia, sigue estableciendo una diferenciación importante entre los itinerarios de ciencias y de letras. Y en cualquier proceso académico existen horas de estudio, compromiso con el proyecto, visión a largo plazo y constancia. ¿Cuál es la carrera más fácil para ti? Es decir, conviene profundizar en torno a la pregunta desde un punto de vista personal. De este modo, es posible alinear la formación elegida con el talento individual.
1. Qué asignaturas te han resultado más sencillas en el instituto
Antes de comenzar la etapa universitaria, el estudiante ya ha afrontado importantes desafíos. Ha encontrado dificultades que han puesto a prueba su constancia y su resiliencia. Elabora una lista con aquellas materias que te gustan y que, además, no te parecen excesivamente complicadas. Utiliza esa información como una fuente de referencia para encontrar carreras que profundicen en torno a esas asignaturas.
2. Escucha tu razón y tus emociones
El proceso de estudio pone en valor el conocimiento. Algunas de las dificultades experimentadas durante el proceso de aprendizaje se enmarcan en este ámbito. Sin embargo, el autoconocimiento también puede ayudarte a identificar una carrera que te resulte fácil. Previamente, te hemos recomendado hacer una lista con aquellas asignaturas en las que has obtenido mejores notas. ¿Cómo te sientes cuando afrontas una asignatura que te parece sencilla? El nivel de motivación crece.
Por el contrario, un reto que se percibe como excesivamente complejo puede alimentar la frustración. Cuando estudias un contenido que realmente te gusta y llama tu atención, la visión del tiempo cambia. Por el contrario, cuando te adentras en una materia que te aburre, las horas parecen estancarse. Por tanto, las materias que te parecen más sencillas son aquellas que te producen emociones agradables como la ilusión.
3. Consulta el programa completo de diferentes carreras
Para tener una visión holística de las carreras que has valorado hasta el momento, consulta con detenimiento el programa de cada itinerario. Realiza un análisis general de las asignaturas que forman parte del calendario académico. ¿Cómo hacer una evaluación global del nivel de dificultad? Por ejemplo, quizá identifiques el nombre de alguna asignatura que se aleja de tus expectativas. El número de asignaturas complejas incrementa de forma general el nivel de dificultad del plan de estudios.
4. Pregunta e infórmate
Es posible realizar una previsión de una carrera desde las propias expectativas individuales. Sin embargo, tal vez la opinión personal no se ajuste a la realidad objetiva de un programa. Por ejemplo, puedes hablar con otras personas que han estudiado una carrera que despierta tu interés o plantear cualquier consulta a un centro académico que imparte ese itinerario.
La carrera que será más fácil para ti es aquella que esté alineada con tu talento, con tus expectativas, con tu motivación y con tus habilidades. De este modo, cuentas con abundantes recursos para afrontar las dificultades que se enmarcan en el proceso de aprendizaje. Es decir, elige una formación que se encuentre dentro de tu zona de confort.