En ocasiones se habla de que hoy día fácilmente se diagnostica a un niño algo más «movido» o travieso con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o lo que es lo mismo, con TDAH. Pero esto no es así. Para diagnosticar esto se realizan varias pruebas antes de confirmar o negar dicho trastorno. Es por esta razón, que en este artículo, vamos a daros una serie de recomendaciones de observación hacia los síntomas más recurrentes que se da en un posible TDAH.
Diagnóstico
Actualmente, para diagnosticar el TDAH se siguen las pautas de la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico (DSM-5), de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association). Se realiza el mismo en todas las comunidades autónomas, además de para diagnosticar basándose en los mismo criterios, para así llevar también un control más exhaustivo de cuántos niños están afectados por este trastorno.
Síntomas TDAH
- Falta de atención: Es el síntoma más determinante: A menudo no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores por descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras actividades; A menudo no cumple las instrucciones y no logra completar las actividades escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo; A menudo se olvida de las cosas durante las actividades diarias, etc.
- Hiperactividad e impulsividad: A menudo se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento; A menudo deja su asiento en situaciones en las que se espera que se quede sentado; A menudo habla de manera excesiva; A menudo le cuesta esperar su turno, etc.
Que se de uno o dos de estos síntomas no tiene por qué conducir a un posible trastorno TDAH. Deben combinarse más de un síntoma de estas dos características y ser bastante recurrente en su elaboración.
Aún así, sólo los facultativos son quienes tienen que diagnosticar este trastorno. En caso de dudas, lo mejor es acudir a ellos.