Cuando haces balance de todo lo que has aprendido a lo largo de tu vida, puedes poner en valor tu evolución. El conocimiento está directamente vinculado con la experiencia personal. Una experiencia que, a su vez, conecta con los sentidos.
A través de cada canal de información, obtienes una fuente de referencia para analizar el entorno. Este tipo de aprendizaje, por tanto, hace referencia al proceso que hace posible la asimilación de información nueva, la comprensión, el razonamiento y la memorización.
Factores que influyen en el aprendizaje cognitivo
Existen factores externos que contextualizan el proceso de aprendizaje. El ser humano forma parte de la realidad y está condicionado por el tiempo y por las circunstancias. Pero en este proceso de aprendizaje también existen factores internos.
Se produce una vinculación entre la mente y el objeto de conocimiento al que remite de manera intencional. El ser humano amplía su saber a lo largo de la vida y consolida información previa. Es decir, el deseo de alcanzar la verdad es tan importante para la persona que, incluso, toma la iniciativa para adquirir esta preparación.
Por ello, actúa como protagonista de esta experiencia que parte de una iniciativa proactiva. De este modo, aunque el contexto influye en la capacidad de aprender, el ser humano no está determinado de manera definitiva por aquello que ocurre a su alrededor. El ser humano interactúa con la realidad, responde ante distintos estímulos, observa aquello que sucede, contempla la relación que existe entre las causas y los efectos. En definitiva, explora el entorno para conocerlo mejor.
Existen nuevas experiencias que suponen un punto de inflexión y que, por tanto, amplían la zona de confort previa. Pero las experiencias también dan lugar a recuerdos que describen referencias familiares para el ser humano. Vivencias que forman parte del propio proceso de aprendizaje. De este modo, tan importante como esta experiencia práctica, es la memoria que conduce al recuerdo a distintas situaciones ya vividas.
Es decir, existe un proceso cognitivo que hace posible esta experiencia. Los sentidos ofrecen información sobre la realidad. Percepciones que conectan con el descubrimiento del objeto exterior. Y la mente procesa esta información.
En este tipo de aprendizaje intervienen distintos factores como, por ejemplo, la atención. Esto es algo que se percibe claramente en la lectura de un libro. Si el lector no está verdaderamente atento a las palabras que lee, no comprende el significado de ese texto. Y, en consecuencia, no existe un verdadero aprendizaje.
Aprendizaje cognitivo según Piaget
Existen distintos autores que han reflexionado sobre la esencia del aprendizaje cognitivo, uno de los más relevantes es Piaget. El aprendizaje tiene un fin práctico en el día a día, forma parte de la propia vida del ser humano en sociedad. De este modo, las habilidades adquiridas también son prácticas para resolver dificultades y afrontar problemas.
Según Piaget, el desarrollo cognitivo está integrado por distintas etapas y la primera de ellas se enmarca en la etapa de 0 a 2 años. Esta recibe el nombre de sensoriomotora. Este es un periodo de importantes aprendizajes en la comprensión del mundo.
La etapa preoperacional es aquella en la que los niños disfrutan con el juego simbólico, pero todavía no utilizan la lógica en su día a día. La fase posterior, la etapa de las operaciones concretas, pone en valor la importancia del pensamiento organizado dentro de este proceso de aprendizaje. Finalmente, la etapa de las operaciones formales completa esta secuencia. En esta etapa, los adolescentes comprenden el significado de lo abstracto, un factor que está presente en su pensamiento.
Por tanto, la reflexión filosófica en torno al propio proceso de conocimiento, nos ayuda a conocernos a mejor a nosotros mismos.