La paciencia es la madre de las ciencias. Al menos, eso dice un dicho popular. ¿Es cierto? Está claro que si. Si os somos sinceros, no sabríamos con exactitud qué seríamos en el caso de que no tuviéramos ni una pizca de paciencia. En los estudios es algo esencial, ya que necesitaremos saber esperar si queremos que todo llegue a buen cauce. La pregunta es ¿cómo lo conseguimos?
Hay mucha gente que no tiene paciencia. No os preocupéis, se trata de algo completamente normal, pero a lo que podemos ponerle una solución. Básicamente, tenemos que aprender a cultivar esta habilidad y a no desesperarnos cuando tenemos que esperar. A veces puede parecer algo muy complicado, aunque tendremos que trabajar si queremos que eso cambie.
En primer lugar, tendréis que echarle un vistazo a los nervios. La desesperación ocurre cuando no podemos controlarlos, pensamos en otra cosa y, finalmente, llegamos a la conclusión de que queremos que ese momento llegue cuanto antes. Cada cosa tiene su hora, por lo que podéis dedicar el tiempo restante a realizar actividades que os distraigan.
Por otra parte, cuando notéis que os estáis quedando sin paciencia, pensadlo dos veces. ¿De qué sirve enfadarse? De nada, básicamente, ya que el momento que estamos esperando no llegará por mucho que digamos o hagamos. Lo mejor es guardar la tranquilidad y esperar. De hecho, de esta manera tendréis la oportunidad de hacer el tiempo más corto.
Es verdad que a veces es difícil tener paciencia. No os desaniméis. Trabajad en este aspecto y podréis comprobar que poco a poco empieza a haber buenos resultados.
Sé el primero en comentar