España y América Latina avanzan hacia un Erasmus Iberoamericano

  • Rectores impulsan crear un Erasmus Iberoamericano tras un foro en Madrid.
  • Prioridades: reconocimiento de títulos, calidad y movilidad inclusiva.
  • Apuesta por combinar estancias físicas y movilidad virtual para ampliar el acceso.
  • Se requiere voluntad política y financiación para activar los primeros pilotos.

Programa Erasmus iberoamericano en universidades

Tras un encuentro académico celebrado en Madrid, la comunidad universitaria ha puesto en el centro del debate la idea de crear un Erasmus Iberoamericano, una iniciativa pensada para reforzar los vínculos entre campus de España y América Latina. La propuesta cobró fuerza en el Congreso Futuro Iberoamericano, donde rectores y exministros coincidieron en que ha llegado el momento de dar un salto en la cooperación académica.

La presidenta de CRUE, Eva Alcón, situó como prioridades el reconocimiento de títulos, un sistema internacional de garantía de calidad, la movilidad inclusiva que combine modalidades presencial y virtual, y alianzas con el tejido productivo. Según Alcón, se necesita voluntad política y marcos claros para que la idea salga del papel y se convierta en una opción real para estudiantes y profesorado.

Qué es y qué persigue el Erasmus Iberoamericano

El planteamiento pasa por un programa estable de movilidad académica entre España y América Latina, inspirado en la experiencia Erasmus europea, que facilite intercambios de grado y posgrado, estancias de profesorado e investigación conjunta. La ambición es que las estancias sean bidireccionales y reconocidas en origen y destino.

Más allá de los semestres en el extranjero, el esquema aspira a fortalecer las redes académicas y científicas, impulsar dobles titulaciones y abrir puertas a proyectos interuniversitarios en áreas estratégicas para ambas orillas del Atlántico.

Claves para hacerlo posible: reconocimientos, calidad y financiación

Uno de los cuellos de botella es la homologación y el reconocimiento de créditos. Hoy todavía hay casos de estudiantes que completan estudios en España o América Latina y después encuentran trabas para validar su formación. La propuesta incluye acelerar procedimientos y armonizar criterios para evitar este tipo de bloqueos.

En paralelo, se aboga por un sistema iberoamericano de aseguramiento de la calidad que dé respaldo a la convalidación de estudios. La creación de estándares compartidos, auditorías y sellos de referencia permitiría agilizar decisiones y dar certidumbre a universidades y estudiantes.

También gana peso la idea de una movilidad híbrida: combinar el intercambio tradicional con experiencias virtuales y colaborativas online. Este enfoque inclusivo ampliaría el acceso a quienes no pueden desplazarse por motivos económicos, laborales o familiares, sin renunciar al valor añadido de la presencialidad.

Para que el programa sea equilibrado y sostenible, hará falta una financiación específica destinada a becas, seguros, apoyo lingüístico y servicios de acogida. La colaboración entre ministerios, agencias y universidades —y la coordinación con iniciativas UE–CELAC— será clave para activar pilotos escalables.

Voces del debate académico en Madrid

Desde la perspectiva de los rectores españoles, CRUE ve en esta iniciativa una palanca para modernizar la internacionalización: reconocimiento de estudios, estándares de calidad y movilidad inclusiva forman el núcleo del plan defendido por Eva Alcón.

Entre los exrectores latinoamericanos, Enrique Graue subrayó que “el presente ya es híbrido”, destacando la importancia de mantener la presencialidad y aprovechar la virtualidad para flexibilizar trayectorias. Esta visión encaja con un Erasmus Iberoamericano que combine estancias físicas y herramientas digitales.

Por su parte, Alejandro Gaviria calificó la homologación de títulos como un asunto “fundamental” y admitió la dificultad burocrática de los procesos, por lo que abogó por articular vías más ágiles para el reconocimiento académico dentro del espacio iberoamericano.

El presidente de UNIR, Rafael Puyol, defendió el valor de la enseñanza híbrida y llamó a trabajar de manera coordinada para consolidar un verdadero espacio latinoamericano de educación superior, objetivo en el que un programa de movilidad estructurado jugaría un papel determinante.

Asimismo, el exministro brasileño Cristovam Buarque insistió en una universidad abierta y multidisciplinar, con colaboración con el sector privado. Este enfoque puede traducirse en prácticas, proyectos aplicados y transferencia de conocimiento dentro del futuro programa.

Impacto para estudiantes, profesorado y universidades en España

Para el estudiantado, el Erasmus Iberoamericano aportaría experiencias formativas reconocidas, desarrollo de competencias interculturales y oportunidades en mercados laborales conectados con España y la UE. Para el profesorado, significaría estancias, codirecciones y redes de investigación fortalecidas.

  • Itinerarios flexibles con convalidación de créditos.
  • Redes académicas y científicas con socios iberoamericanos.
  • Mayor proyección profesional y empleabilidad.
  • Impulso a dobles titulaciones y proyectos conjuntos.

En el plano institucional, las universidades españolas podrían reforzar alianzas estratégicas, captar talento y mejorar su posicionamiento internacional. La colaboración con empresas facilitaría prácticas y proyectos que trasladen la investigación al tejido productivo.

Próximos pasos para convertir la idea en realidad

Los actores del sistema plantean activar un grupo de trabajo entre CRUE y asociaciones iberoamericanas para mapear titulaciones, definir equivalencias y acordar procedimientos comunes. También se propone diseñar pilotos de movilidad (presencial y virtual) con seguimiento y evaluación.

Sobre el calendario, el avance dependerá de la coordinación institucional y de asegurar recursos. Un enfoque por fases —primero áreas priorizadas, luego expansión— permitiría demostrar resultados y escalar el programa con garantías.

La iniciativa toma cuerpo en un contexto propicio y con amplio consenso académico: si se consolidan los mecanismos de reconocimiento, se apuntalan los estándares de calidad y se garantiza la financiación, el Erasmus Iberoamericano podría convertirse en la gran vía de movilidad y cooperación entre España y América Latina que muchos en el sector llevan años reclamando.

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