La inteligencia emocional es muy importante en el desarrollo profesional de aquellas funciones vinculadas con el área de la salud. Por ello, un auxiliar de enfermería no solo debe tener un conocimiento especializado de sus funciones, sino que también está en contacto con sus propias emociones y sentimientos. De este modo, la introspección y el autoconocimiento que son clave en la relación que una persona tiene consigo misma favorece la empatía hacia los demás.
Autoconocimiento e introspección
Un profesional que trabaja como auxiliar de enfermería debe tener presente que cada persona es única en esencia. Cada ser humano tiene su propia historia, sus miedos y sus dificultades. Por esta razón, la escucha activa incrementa la cercanía y la comprensión en el ejercicio de este trabajo que es más feliz cuando resulta profundamente vocacional.
La salud es un concepto clave en el bienestar integral de un ser humano. A partir de este enfoque holístico de la salud, también conviene tomar conciencia del valor que las emociones tienen en relación con la felicidad. La realidad emocional puede influir en el ámbito corporal como muestran factores específicos como las preocupaciones, el estrés o la ansiedad.
Cuando una persona se conoce bien a sí misma también se cuida. Del mismo modo, para realizar tareas relacionadas con el cuidado de otras personas, también es muy importante partir de esta base de introspección.
Escucha atenta
Por tanto, la escucha activa de un profesional que trabaja como auxiliar de enfermería también implica esta escucha atenta al ámbito emocional. Una escucha atenta en torno a las palabras del paciente pero también de su lenguaje corporal.
Esta es una de las razones por las que dentro de la formación continua que refuerza el desarrollo profesional de quienes trabajan como auxiliares de enfermería es muy importante integrar formación de inteligencia emocional para desarrollar habilidades de comunicación, empatía, gestión emocional, inteligencia social y paciencia.
Cercanía emocional
La relación entre los profesionales de la salud y los pacientes es más cercana cuando los pacientes se encuentran ante expertos que inspiran confianza y cercanía en el trato personal. Y esta inspiración de la confianza parte de un correcto ejercicio de la inteligencia emocional.
Por medio de la inteligencia emocional, un profesional que trabaja como auxiliar de enfermería realiza un proceso de acompañamiento positivo a los pacientes a través de la gestión de las tareas y competencias que forman parte de su puesto de empleo. La inteligencia emocional no solo mejora la calidad en el trato personalizado hacia los pacientes, sino que también potencia el trabajo en equipo con otros profesionales de la salud.
Los pacientes aprecian de forma muy positiva este ingrediente de proximidad emocional.
Desarrollo de habilidades sociales
El trabajo llevado a cabo en contacto con otras personas requiere de una autoconciencia clara en torno a la importancia de la presencia consciente en el horario de trabajo. Cada persona es única y sus circunstancias también lo son. ¿Pero cómo puedes hacer sentir único a cada paciente? A través de la amabilidad en las palabras y los gestos, la asertividad y la empatía.
Motivación interna
Para fortalecer el compromiso en la realización de un trabajo tan importante, la inteligencia emocional también es clave para incrementar el nivel de motivación interna. Por medio de esta preparación, el profesional puede prevenir el síndrome del trabajador quemado y reforzar la felicidad en el trabajo.
En conclusión, la inteligencia emocional es muy importante en el trabajo como auxiliar de enfermería. Por esta razón, si esta es tu profesión o te gustaría formarte para realizar esta labor vocacional, invierte tiempo en aprender inteligencia emocional. Sus beneficios son muy numerosos.