¿Eres de los que como yo piensas que tanto los niños como los humanos aprendemos mejor los conceptos nuevos jugando? Si es así, tienes que conocer qué es la gamificación y cuáles son sus usos.
La gamificación o ludificación es el uso de ciertas técnicas, elementos y dinámicas propias de los juegos y el ocio en actividades no recreativas con el fin de potenciar la motivación, así como de reforzar la conducta para solucionar un problema u obtener un objetivo. Es decir, es aprender, practicar o reforzar conceptos de manera lúdica y divertida. ¿Y cómo se hace eso? ¡Jugando!
También es aplicable, como no, al trabajo. Ciertas empresas, no todas las que quisiéramos, practican la gamificación con sus empleados con el fin de que la productividad sea mayor, sus trabajadores estén mejor formados y también lo suficientemente motivados para que no sólo quieran hacer su trabajo diario sino que tampoco quieran marcharse de su puesto a otra empresa. Dicen que si tienes a tus empleados contentos estos rendirán más, así que no conocemos mejor manera que añadiendo ciertos elementos aplicados al juego para así compensar el esfuerzo laboral. Algunos de estos elementos pueden ser:
- Reglas (todos los juegos siguen una serie de reglas): Pueden ser rankings de productividad, obtención de puntos, niveles, categorías, etc.
- Dinámicas de juego (cómo se juega): Recompensas si cumples ciertos objetivos, estatus de jefe de equipo o encargado, competencias, etc.
La gamificación es algo que podemos no sólo potenciar en las escuelas a la hora de enseñar a los más pequeños sino que también debemos aplicarla en las empresas. En muchos países se usa con resultados bastante positivos tanto para empleados como para empresarios.
Si algo se puede hacer jugando y de manera divertida, ¿por qué no hacerlo así siempre? Lo tradicional se estanca, y hay que innovar… ¿No os parece?