Los cursos de verano están de plena actualidad puesto que los centros universitarios triunfan con su oferta. Estos cursos pasan desapercibidos para muchas personas que, por el simple hecho de ser verano, descartan la idea de participar en una actividad de estas características. Si nunca has hecho un curso de este tipo, en Formación y Estudios te contamos qué es lo mejor de ello.
1. No necesitas ser universitario
Mientras que para acceder a la universidad tienes que haber superado requisitos académicos previos, para participar en un curso de verano, existe una mayor flexibilidad. En algunos casos, ni siquiera necesitas ser especialista en la materia, sino simplemente, estar interesado en el tema.
2. No hay exámenes
En relación con el punto anterior, el curso de verano se convierte en un auténtico disfrute porque tú solo tienes que centrarte en vivir esos días con atención para sacar el mayor partido posible a esa experiencia. Sin embargo, no tienes que vivir el estrés propio de exámenes que te evalúan en tu rendimiento.
3. Brevedad y síntesis
Los cursos de verano no constan de temarios interminables. Sin embargo, esta síntesis de jornadas de formación de tres o cuatro días son más que suficientes para que puedas obtener conocimientos en torno a un tema concreto. Además, muchos cursos de verano tienen ponentes expertos con un currículum brillante en ese campo específico. Por tanto, puedes aprender de los mejores expertos.
4. Personas de distintas edades
Mientras que cuando eres estudiante universitario asistes a clase con alumnos que en la mayoría de los casos tienen una edad similar a la tuya, hay algo que destaca muy positivamente en los cursos de verano. Son una experiencia intergeneracional, es decir, el aula se llena de vida gracias al conocimiento compartido de personas que desde su etapa vital asisten a la universidad con ganas de disfrutar del espíritu universitario.
5. La cultiva alimenta tu corazón
Para muchas personas, el verano se convierte únicamente en un momento de ocio interminable. Sin embargo, existen muchas experiencias distintas de felicidad estival. Por ejemplo, la cultura alimenta tu mente y tu corazón, te aporta felicidad, las nuevas ideas abren puertas en tu vida, actualizas tus motivaciones profesionales y personales, rompes la rutina, inviertes en una experiencia que realmente merece la pena…
6. Precio competitivo
Esta es otra de las grandes ventajas de los cursos de verano y es que, desde el punto de vista del precio, ofrecen una excelente relación de calidad y coste. Por tanto, puedes invertir en tu formación a través de una experiencia económica. La inversión de organizar un viaje de vacaciones es más notable. Y, sin duda, recuerda que en un curso de verano también puedes realizar un viaje de conocimiento que te conduce a la apasionante aventura del saber.
Nuevas ideas; más ilusiones; nuevas esperanzas; más contactos de trabajo. Si haces un curso de verano en 2017, este dato quedará guardado con intensidad en tu memoria como una experiencia que seguro merece la pena. Porque es un placer aprender en un contexto de intercambio de ideas.