El coaching ejecutivo es un proceso de crecimiento profesional que está orientado a lograr un objetivo. Por ello, a lo largo de las sesiones que forman parte de este proceso, el cliente define una meta realista y, además, concreta una programación para hacer realidad dicho propósito. Un proceso de coaching ejecutivo tiene una esencia práctica, es decir, impulsa la transformación profesional a través de la adaptación al cambio y el aprendizaje fuera de la zona de confort.
El cliente profundiza en la introspección para encontrar respuestas en su interior, pero el enfoque del plan de acción es práctico. Es decir, las acciones llevadas a cabo también producen efectos inmediatos en el plano exterior. Un proceso de coaching ejecutivo requiere de una dirección. Un horizonte descrito de forma precisa en la descripción objetiva de una meta.
El proceso de coaching ejecutivo tiene un número de sesiones concreto y el cliente cuenta con el acompañamiento del coach. El coach no es directivo en este proceso, el cliente es protagonista constante de este aprendizaje. ¿Por qué razón el rol del coach no es directivo? Porque cada persona debe decidir cuál es su camino. No existe un camino que sea universal para todos. ¿Cuáles son los beneficios del coaching ejecutivo? En Formación y Estudios reflexionamos sobre esta cuestión.
1. Elevar la presencia consciente
En primer lugar, este contexto aporta el espacio necesario para reflexionar y actuar en torno a cuestiones importantes. Existen muchos aspectos que se mantienen por pura inercia en la rutina cuando no existe una decisión consciente por parte del protagonista. Este proceso de coaching es, en esencia, una invitación para elevar la presencia consciente desde donde tomar decisiones efectivas.
2. Motivación interna
El cliente que inicia un proceso de coaching cuenta con el acompañamiento del profesional. Este hecho aporta motivación. Pero, a su vez, la implicación también crece a partir de la propia transformación de aquel que, a lo largo de las sesiones, experimenta una evolución.
El coaching ejecutivo es enriquecedor en distintos objetivos. Y, en todos ellos, la motivación es relevante.
3. Recursos y herramientas para superar de obstáculos
El propósito de alcanzar un objetivo también puede chocar con aquellos obstáculos que actúan como un límite aparente. Estos obstáculos pueden superarse y un proceso de coaching es una invitación para encontrar el modo de solucionar esos puntos de inflexión.
A lo largo de las sesiones, puedes poner el foco en aquellos obstáculos que pueden superarse, pero para lograrlo es importante encontrar la fórmula. En un proceso de estas características descubres que, además de existir factores externos, lo más importante es que te ocupes de aquello que realmente depende de ti en el plano profesional. ¿Te gustaría ser más proactivo? El coaching te muestra un camino para lograrlo.
¿Cómo superar los obstáculos para lograr el fin? Utilizando los medios y recursos necesarios en el plan de acción.
4. Autoconocimiento profesional y personal
Como hemos explicado previamente en Formación y Estudios, un proceso de coaching ejecutivo propicia el autoconocimiento. A través de esta experiencia, el profesional puede conocerse mejor a sí mismo al identificar distintas cuestiones: sus fortalezas, sus creencias limitantes, sus debilidades, sus expectativas profesionales… El autoconocimiento, a su vez, influye en aspectos tan relevantes como el ejercicio del liderazgo.
Este tipo de coaching aporta numerosos beneficios en el mundo de la empresa. ¿Qué otros beneficios del coaching ejecutivo quieres considerar como un importante valor? Un proceso de coaching te ayudará a visualizar el camino que separa la situación en la que estás actualmente, del momento que te gustaría alcanzar en ese momento en el que el objetivo de este proceso sea una realidad para ti.