Existen distintas escuelas de filosofía que forman parte de la historia que compone la sabiduría primera. Hay aspectos que están presentes en distintas corrientes de pensamiento: la búsqueda de la felicidad es una de las expectativas que acompaña al ser humano. Sin embargo, la forma de interpretar este estado de ánimo, y la manera de llegar a esta plenitud, puede cambiar en función del enfoque adoptado por una corriente.
Zenón de Citio fue el fundador del estoicismo, una escuela helenística. Desde este punto de vista, existen distintos factores externos que pueden perturbar la tranquilidad de ánimo. Por ello, la verdadera conquista de la virtud reside en la virtud y en la fortaleza de la razón. ¿Qué es el estoicismo?
El valor de la virtud en el obrar práctico
El obrar virtuoso, de acuerdo a la moral estoica, es aquel que está alineado con la luz de la razón. De este modo, el ser humano puede elevarse más allá del impulso de las pasiones. Desde esta premisa, dichas pasiones pueden condicionar al ser humano cuando vive de acuerdo a estos dictados. Los deseos son cambiantes y, con frecuencia, también son efímeros.
Vivir de acuerdo a los deseos implica, por tanto, estar condicionado por lo externo. El ser humano forma parte del mundo y está acompañado por unas circunstancias. Interactúa con el medio, pero tiene la capacidad de alcanzar la tranquilidad de ánimo al no dejarse condicionar por el efecto de distintas variables. Sin embargo, la felicidad conduce a una reflexión en torno a la interioridad. El hombre sabio es aquel que vive en armonía consigo mismo, incluso en circunstancias difíciles. Actualmente, existe un concepto que se utiliza mucho en el ámbito de la autoayuda, la psicología y el coaching: la resiliencia.
Ataraxia espiritual
Dicho término hace referencia al poder que el ser humano tiene para volver a ilusionarse, incluso, después de haber vivido momentos de adversidad. Pues bien, en el contexto de la filosofía estoica existe un concepto esencial: ataraxia espiritual. Este estado describe la fortaleza del espíritu que permanece imperturbable frente a todo. Existen muchos momentos de la vida en los que es necesario contar con dosis de estoicismo: en la superación de una decepción, en el sufrimiento o en el desamor. El autocontrol y la templanza son esenciales para llegar a ser un hombre sabio como propone esta escuela filosófica.
Aquellas experiencias que desde el punto de vista estoico son contrarias a la razón, no aportan bienestar al ser humano sino que le perturban. Rompen con su tranquilidad interior de forma repentina. Por el contrario, el obrar virtuoso fomenta la calma. El ser humano es feliz cuando vive de acuerdo a su propia naturaleza. La persona vive en un entorno cambiante y la esencia de la pasión también es variable. Por ello, en un entorno de este tipo, el ser humano puede encontrar su fuerza en su mundo interior. A través de la firmeza de ánimo se sobrepone a las variables que se encuentran a su alrededor.
Prudencia y templanza
Cuando el ser humano percibe la realidad a través de pasiones que son contrarias a la razón, no observa el mundo tal y como es. Sus decisiones están condicionadas por la fuerza de una información engañosa. Por el contrario, la razón conduce a la verdad. La ética es la disciplina más importante desde el punto de vista de esta escuela filosófica. A través de la prudencia y la templanza, el ser humano puede distanciarse de aquellos factores que le perturban a nivel potencial. Cultiva su felicidad a través del ejercicio constante de la virtud como un fin en sí mismo.