La pedagogía es una rama esencial en el campo de la educación. El proceso de aprendizaje es individual porque cada alumno tiene su propio ritmo. Es importante potenciar la igualdad de oportunidades en el ámbito de la enseñanza para impulsar el desarrollo personal de cada ser humano. Y la pedagogía terapéutica cumple una misión esencial. En este caso, el pedagogo guía, apoya y acompaña a aquellos niños y jóvenes que presentan necesidades educativas especiales.
De este modo, se diseñan programas de apoyo que muestran una intervención especializada que está alineada con objetivos realistas. Objetivos que potencian el desarrollo de la autonomía y de las capacidades personales.
¿Para qué sirve la pedagogía terapéutica?
La labor del pedagogo terapéutico es vocacional. Los profesionales excelentes no solo son aquellos que cuentan con la formación que les capacita para el desempeño de puestos especializados. La vocación es clave para disfrutar del trabajo realizado. Un empleo que es tan importante desde el punto de vista humano. El pedagogo terapéutico conoce cuáles son las posibles limitaciones que condicionan a una persona en su ritmo de aprendizaje. Pero también es consciente de sus fortalezas y tiene en cuenta el potencial de la persona. Es decir, su capacidad para avanzar en la realización de nuevas metas.
El pedagogo terapéutico es un facilitador del aprendizaje. Es un profesional que posee experiencia, habilidades, destrezas y competencias para apoyar y guiar a cada persona.
Muchos de los profesionales que desarrollan su labor en este campo realizan un máster que profundiza en la pedagogía terapéutica como el objeto de estudio principal. El desarrollo de planes adaptados a las necesidades individuales de los alumnos siempre debe partir del conocimiento de su realidad. Por tanto, es importante realizar un diagnóstico de la situación para elaborar distintas vías de intervención que sean efectivas. La pedagogía terapéutica tiene ámbito de aplicación en diferentes campos.
¿Qué tareas realiza el pedagogo terapéutico?
Por ejemplo, en el aprendizaje de la escritura y de la lectura. Dos de los conocimientos más importantes que adquiere un ser humano durante su infancia. De hecho, la capacidad de leer y comprender un texto, así como de redactar un contenido sobre el papel, propician el cumplimiento de otros objetivos. Pero leer y escribir son dos aprendizajes que no siguen un ritmo lineal en todos los casos. Cada persona tiene un proceso que debe recorrer hasta adquirir una mayor riqueza de vocabulario, afianzar la comprensión lectora o ejercitar la escritura.
Como hemos indicado, el pedagogo terapéutico realiza una labor que es muy importante desde el punto de vista humano. Y existen factores inherentes a la naturaleza humana que también se convierten en foco de atención de esta disciplina. Hay que tener en cuenta que el ser humano es social y, en consecuencia, las relaciones con los demás son una fuente de felicidad. Y, sin embargo, la persona también puede experimentar obstáculos y dificultades en el plano de la comunicación, la gestión emocional o las habilidades sociales. La pedagogía terapéutica también proporciona herramientas de ayuda para potenciar la relación interpersonal.
La pedagogía terapéutica es esencial para diseñar acciones de atención temprana. Esta disciplina es esencial en el ámbito educativo. Y también constituye un motor de apoyo para las familias que, con frecuencia, se sienten desorientadas cuando tienen preguntas para las que no encuentran una respuesta clara. De este modo, profesores, familias y pedagogos pueden trabajar en equipo para atender las necesidades del niño.
Las actuaciones de intervención centradas en la atención de necesidades educativas especiales también fortalecen la autoestima de los alumnos. Alumnos que superan nuevos retos y experimentan satisfacción por los objetivos cumplidos a lo largo del tiempo.