Existen momentos que son especialmente críticos en un examen, pero al mismo tiempo, son frecuentes. ¿Alguna vez te has quedado atascado en un examen? En muchas ocasiones, esta sensación nada tiene que ver con la falta de preparación sino con el exceso de presión, los nervios, la falta de confianza en uno mismo y el miedo a suspender. ¿Cómo actuar en este tipo de situaciones? En lugar de quedar enredado en una pregunta determinada, es positivo que pases a otra parte del examen, aquella cuya respuesta mejor conoces y comiences a redactarla. Esto te ayudará a no quedarte enredado en el círculo negativo de la duda.
Es decir, mientras que cuando estudiamos un tema para un examen o hacemos los deberes, debemos comenzar por hacer aquellas tareas que nos resultan más difícil para evitar el hábito de la postergación, por el contrario, durante un examen es muy importante comenzar la prueba respondiendo aquellos apartados cuya respuesta conoces. De este modo, realizas un buen aprovechamiento del tiempo.
Una vez que hayas respondido aquellas cuestiones que sí conoces, vuelve a releer despacio el enunciado del apartado que dejaste en blanco e intenta poner aquello que sepas al respecto. Si realmente, no te sientes seguro con la respuesta, y consideras que aquello que puedes decir, no aporta nada que esté directamente vinculado con la pregunta, entonces, deja la respuesta en blanco.
Cuando te quedes bloqueado en un examen, respira profundamente. Si necesitas papel en sucio para poder realizar algún tipo de anotación o un borrador previo, pídelo al profesor.
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