En la vida académica y en la carrera profesional es aconsejable aprender a vivir el presente. Sin embargo, el proceso de formación o el desarrollo laboral también se alinea con el futuro a corto plazo. Por ello, existen algunas preguntas frecuentes: ¿Qué hacer después de bachillerato? ¿Qué camino tomar tras finalizar esta etapa? Existen varias alternativas.
1. Estudiar en la universidad
Algunos alumnos tienen claro el siguiente paso que quieren dar: desean hacer su matrícula en un Grado universitario. El cumplimiento de este objetivo va más allá de la propia expectativa personal. Existen unos requisitos de acceso que son especialmente exigentes en aquellos grados en los que la demanda supera la oferta de plazas. Sin embargo, hay un amplio campo de grados universitarios de ciencias y letras. En definitiva, analiza varias opciones y céntrate en aquellas que encajan en tu perfil.
2. Un año sabático
No es la alternativa más habitual. Con frecuencia, las condiciones externas no propician la toma de una decisión que se percibe como arriesgada. Un año sabático no significa perder el tiempo, sino invertirlo en objetivos que potencian el crecimiento personal. Por ejemplo, es posible realizar una colaboración con un proyecto solidario. El voluntariado aporta grandes lecciones desde el punto de vista humano.
También puede ser el momento indicado para realizar viajes culturales. Quizá quieras dedicar ese periodo a mejorar tu nivel en un idioma. En definitiva, puedes explorar otras muchas alternativas. Un año sabático también puede estar orientado a vivir experiencias positivas que sean una preparación para tomar decisiones de futuro. Por ejemplo, quizá la persona no sepa exactamente qué carrera prefiere estudiar en la universidad. En ese caso, el tiempo y la paciencia son claves para encontrar una respuesta.
Tal vez quieras encontrar tiempo para disfrutar de aficiones o realizar proyectos que tienes pendientes. En definitiva, el año sabático puede ser una excelente inversión de futuro y una oportunidad para poner en perspectiva el proceso anterior.
3. Aprender idiomas
Cualquier periodo puede estar orientado a mejorar el nivel adquirido en un idioma. Y ese objetivo puede contextualizarse después del bachillerato. Este es un buen momento para continuar con el proceso para afianzar la base previa. Además, la formación continua aporta nuevas herramientas de comunicación oral y escrita. El dominio de un idioma enriquece el currículum vitae. Por ello, puede convertirse en un factor diferencial en un proceso de selección cuando esta competencia es un requisito indispensable en el acceso al puesto de empleo.
4. Ciclos Formativos de Grado Superior
En ocasiones, la universidad se convierte en el espacio de referencia después de finalizar el Bachillerato. Pero existen otros itinerarios que aportan una excelente preparación para buscar trabajo. Por ejemplo, puedes estudiar un Ciclo Formativo de Grado Superior. Las titulaciones están agrupadas en diferentes familias que pueden ayudarte a acotar la búsqueda de aquel programa que se ajusta a tu perfil.
Son ciclos que tienen una duración aproximada de 2.000 horas. Hay propuestas especializadas que se enmarcan en las siguientes familias: actividades deportivas, comercio y marketing, hostelería y turismo, imagen personal, sanidad…
5. Formación no reglada
Existen distintos tipos de formación que ponen en valor la experiencia del aprendizaje. No todos los cursos cuentan con un título que tiene una validez oficial en el ámbito empresarial. Y, sin embargo, existen muchos talleres de calidad que a pesar de enmarcarse en el campo de la formación no reglada resultan muy interesantes. Especialmente, en el sector artístico. Por ejemplo, una persona que quiere potenciar su creatividad literaria para desarrollar su pasión por la escritura puede participar en cursos que aportan herramientas y recursos para crear historias.
¿Qué hacer después de bachillerato? Las opciones, como puedes ver, son numerosas.