Las competencias son claves en el ámbito de la formación, el empleo y el desarrollo profesional. Por ejemplo, un curso puede orientarse hacia el desarrollo de nuevas habilidades y destrezas prácticas. Por su parte, las empresas también tienen en cuenta este concepto que está perfectamente integrado en los procesos de selección. Desde el punto de vista de los recursos humanos es posible analizar qué competencias son esenciales en función de las tareas principales que se contextualizan en un puesto de empleo.
Finalmente, una persona que busca trabajo o quiere acceder a nuevas oportunidades también puede destacar sus competencias en el currículum vitae. De este modo, el profesional eleva su marca personal, su diferenciación y su visibilidad. Pues bien, conviene señalar que existen diferentes tipos de competencias. En este caso, ponemos el acento en aquellas que se desarrollan en el marco de un proyecto. Es decir, durante el proceso de realización del paso a paso.
Competencias que se adquieren a través de la experiencia práctica
En definitiva, las competencias desarrolladas tienen un enfoque práctico. De este modo, cuando el participante en un proyecto pone en perspectiva todo lo que ha aprendido desde el inicio hasta el final de dicho trabajo, puede observar un crecimiento en términos de capacidades, perspectiva, autoconfianza y aprendizaje. El saber no solo tiene una base teórica, sino que alcanza su verdadera proyección por medio de una orientación práctica.
A lo largo de la carrera profesional es posible seguir profundizando en las habilidades y conocimientos adquiridos. Es decir, no existe un límite en la preparación adquirida, puesto que un profesional siempre puede enfocarse en su potencial. Tiene la posibilidad de avanzar, evolucionar y perfeccionar sus habilidades. Y las competencias desarrolladas son un ejemplo de ello puesto que conectan directamente con el plano del hacer.
La formación continua es fundamental en el contexto actual. De este modo, si deseas ampliar tus competencias, puedes analizar en qué aspecto te gustaría impulsar tu aprendizaje a través de cursos o experiencias prácticas. Es decir, si quieres planificar tu desarrollo profesional para alcanzar objetivos relevantes para ti, elige un propósito realista. Comprométete con una meta de formación que se alinea directamente con la competencia desarrollada que deseas cultivar.
Las competencias desarrolladas también reciben el nombre de aplicadas
Las competencias desarrolladas también son esenciales en el ámbito de un programa de formación. En ese caso, el diseño de los contenidos, el temario, la metodología o la forma de impartir la materia tiene en cuenta los objetivos de aprendizaje que el alumno habrá conseguido al finalizar el proceso. Pues bien, la planificación y el diseño del curso se completa con la evaluación posterior de los logros alcanzados, las áreas de mejora y cualquier otra cuestión que sea relevante en este contexto. Las competencias desarrolladas a lo largo del tiempo a través de un proceso de capacitación consciente también reciben el nombre de aplicadas.
En el ámbito educativo o empresarial, el entorno puede propiciar el desarrollo de nuevas competencias a través de un espacio perfectamente planificado para tal fin. El contexto actual es tan cambiante que es preciso avanzar y ampliar los conocimientos. Sin embargo, cada persona también se implica en su aprendizaje individual por medio de la implicación, la atención y la concentración.
En la recta final de año, puedes poner en perspectiva aquellas competencias que has adquirido o perfeccionado durante los meses previos. Y, también, profundiza en qué aprendizajes te gustaría potenciar a partir del próximo mes de enero para conseguir tus próximos objetivos de trabajo. De este modo, sigues avanzando en tu carrera profesional por medio de la evolución continua y la adquisición de nuevas habilidades.