Cuando un profesional se incorpora a un nuevo trabajo, muestra un interés especial por conocer diferentes aspectos relacionados con el cargo: las oportunidades de crecimiento, las tareas y gestiones, el salario, la colaboración con el equipo… Para conocer los datos más relevantes del acuerdo es esencial consultar el contrato. Recuerda que como profesional no solo tienes responsabilidades que cumplir en tu puesto de empleo, sino también derechos. Y los días de asuntos propios merecen una atención especial en este ámbito. En ocasiones, no es fácil conciliar los horarios profesionales con otros aspectos de la vida personal.
Si un profesional se retrasa por un motivo justificado y llega más tarde a su puesto, debe informar sobre ello. Sin embargo, conviene indicar que los días de asuntos propios también ofrecen la ventaja de tener un espacio de tiempo específico para lograr diferentes objetivos. Son jornadas que cuentan con una particularidad concreta. El profesional no tiene el deber de informar sobre cuál es el motivo por el que necesita ausentarse de su trabajo.
Cómo saber cuántos días me corresponden
Más allá de la ventaja que supone poder disfrutar de los días de asuntos propios en el calendario anual, conviene recordar que no todos los empleados disponen de esta posibilidad y el número de jornadas tampoco es ilimitado. Para responder a esta cuestión es importante consultar información sobre las condiciones que quedan reguladas en el convenio del sector. En los días de asuntos propios tampoco se integran todo tipo de situaciones e incidencias. Generalmente, es posible invertir ese periodo de tiempo en aspectos que han surgido de forma inesperada. Por tanto, si te preguntas para qué se usan, ten en cuenta que pueden servirte para ocuparte de cuestiones personales que coinciden con el horario de la jornada laboral.
En definitiva, para resolver las dudas y preguntas sobre este tema, puedes solicitar información en tu empresa para saber si dispones de días de asuntos propios según el convenio.
Cómo solicitarlos: consejos prácticos
Imagina que actualmente trabajas en una empresa y necesitas disponer de un día de asuntos propios. Si ya te has informado de las condiciones del convenio y has comprobado cuántas jornadas están a tu alcance, recuerda que tienes la posibilidad de disponer de ese derecho para gestionar algunos asuntos personales. Sin embargo, el proceso debe llevarse a cabo siguiendo un protocolo establecido. Es decir, hay que evitar la improvisación puesto que el departamento de recursos humanos y el responsable del proyecto debe conocer este dato. En consecuencia, debes informar a la empresa por escrito para documentar esta cuestión.
Es recomendable que completes el proceso con un buen margen de antelación. Ten en cuenta que la anticipación permite a la empresa poder implementar los cambios necesarios para organizarse ante tu ausencia. Aunque se trate de un derecho del trabajador, este trámite pone de manifiesto que el día de asuntos propios se concreta y se acuerda entre el empleado y la entidad en la que trabaja. Es decir, requiere de la colaboración de ambas partes. Por este motivo, la empresa también debe mostrar su conformidad con la petición de la persona que ha gestionado la solicitud. Por esta razón, es recomendable que el proceso quede acreditado y documentado por escrito.
Por tanto, una de las principales particularidades de los días de asuntos propios es que los empleados pueden ausentarse para gestionar cuestiones personales (sin tener que acreditar o justificar cuál es el motivo exacto de esa decisión). Por tanto, son días que tienen una naturaleza diferente a aquellos que transcurren durante una baja laboral o en el periodo de vacaciones que el empleado disfruta cada año.