Muchas personas tienen su meta en conseguir una plaza de funcionario del Estado, y persiguen su sueño hasta que lo terminan haciendo realidad finalmente. Opositar no es fácil, lo hemos dicho muchas veces, pero no hay más truco que saber bien lo que se quiere y esforzarse. Probablemente te ocurra que lleves meses dándole vueltas a la cabeza, crees que deberías opositar, tienes formación académica y fuerza de voluntad no te falta, eres perseverante y responsable, sin embargo, solo la simple mención de la palabra oposición te hace sentir perdido porque no sabes como empezar. Te damos algunas claves sobre los pasos previos a sentarse frente al temario.
Si tienes claro a que oposición te presentarás ya tienes mucho ganado; por el contrario, si este es el principal obstáculo te toca valorar y analizar algunas cosas. Antes de avanzar deberás hacer primar aspectos como tu formación académica. Este dato es sumamente importante, ya que hay plazas para las que se requiere una titulación específica, y si no la posees te será imposible aspirar a ellas. Infórmate bien de los requisitos académicos exigidos en primer lugar.
También está el hecho de la ubicación geográfica de la plaza a la que aspiras. Muchas más veces de las deseables verás plazas fuera de tu provincia y muy pocas cerca de tu ciudad. Tendrás que investigar sobre el sueldo que te correspondería según la categoría profesional a la que te presentas, y deberás analizar detenidamente, calculadora en mano si hace falta, si el hecho de estar fuera de tu ciudad te compensará o no (posibilidad de transporte y vivienda, et.) ya que si no tienes en cuenta estos factores puede que te encuentres al poco tiempo con la sensación que de estás desaprovechando el tiempo y muy probablemente el dinero.
Estos dos aspectos has de tenerlos muy claros antes de seguir adelante. En el siguiente artículo seguiremos dándote más consejos.
Muy buen aporte. Opositar en busca de un empleo público es una alternativa interesante en estos tiempos de crisis económica. Trabajar en el Estado implica estar en posesión de un empleo muy bien remunerado pero que además es estable, una característica que no muchas labores pueden asegurar hoy en día.