Una de las cosas que siempre nos han dicho es que, en el caso de que nuestros hijos tengan resultados positivos, los reconozcamos y les demos un premio. Algo que les haga entender que eso está bien, y que deben seguir por ese camino. Sin embargo, parece que este tipo de acciones no son completamente acertadas, sino que se tienen que llevar a cabo con una pequeña limitación.
Es evidente que, cuando se sacan buenas notas, denotar un cierto reconocimiento siempre está bien. Pero, claro, tampoco tenemos que pasarnos. Simplemente debemos hacerlo notar, pero con pequeñas limitaciones. Que se hayan conseguido resultados buenos no significa que se haya conseguido llegar con éxito al final del camino. Todo lo contrario. Hay que seguir trabajando para que las cosas sigan saliendo bien.
Nuestra recomendación es sencilla, pero evidente: cada vez que los niños saquen buenas notas (ya sea en el boletín o en los exámenes) actuad en consecuencia. Reconoced el mérito que tienen y ofrecedles algún premio que les invite a seguir trabajando para mantener los resultados. Pero, claro, no os paséis al respecto. Una cosa es darles un premio, y otra entregarles todo lo que quieran. Podrían caer, de nuevo, en malas manos.
Lo mismo debería suceder con los demás estudios y con el trabajo. Cuando hagamos algo bien, un pequeño reconocimiento siempre ayuda a seguir hacia adelante con más fuerza. Al final, eso se nota bastante, sobre todo porque siempre estaremos ansiando esos buenos resultados. Si hacemos un buen trabajo ¿por qué no obtener una pequeña recompensa?
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