El bienestar de un ser humano está directamente vinculado con el desarrollo de su dimensión social desde la infancia. La conexión con el grupo es clave en el aula. Es decir, el sentido de pertenencia en la escuela alimenta la autoestima infantil. Pues bien, hay distintos factores de riesgo que pueden irrumpir en diferentes etapas de la vida.
Factores de riesgo que alimentan la vulnerabilidad individual como ocurre, por ejemplo, en la soledad intensa que experimentan muchas personas mayores en la actualidad. Una soledad que, con frecuencia, crece todavía más durante el verano. Pues bien, la propia sociedad puede promover el desarrollo de sus integrantes por medio de diferentes medidas de protección. Por esta razón, el trabajador social es una figura clave en el contexto actual. Por este motivo, se implica de forma proactiva en la puesta en marcha de medidas de intervención que potencian el bienestar, la autonomía, la calidad de vida, la comunicación y la felicidad.
Desarrollo de intervenciones adecuadas para impulsar el bienestar de una persona o un grupo
Conviene indicar que cada caso es particular en la práctica, por ello, el profesional evalúa una situación en su totalidad con el objetivo de tomar las decisiones efectivas. Es un profesional que mantiene una comunicación cercana y muestra empatía con la realidad del interlocutor.
La intervención propiciada por el trabajador social llega a suponer un punto de inflexión en la vida de una persona o de un grupo. Es decir, es un proceso que promueve un cambio positivo para los implicados. El trabajador social trabaja en colaboración directa con otros perfiles especializados con los que compone un equipo multidisciplinar. Y también colabora directamente con las familias. Por ejemplo, cuando el objetivo de la intervención es mejorar la calidad de vida de una persona de avanzada edad, sus hijos también reciben indicaciones específicas. Cada uno, desde su propia posición, tiene la posibilidad de impulsar acciones valiosas centradas en el cuidado, la comunicación y el acompañamiento.
La integración social y el sentido de pertenencia son muy positivos para hombres, mujeres, niños y niñas. A pesar de ello, el trabajador social puede actuar de forma planificada para promover el bienestar en grupos que, por diferentes factores, experimentan un mayor riesgo de aislamiento o exclusión. Con frecuencia, actúa cuando se han identificado los primeros signos de alarma. Pero el papel del trabajador social también es decisivo para promover el bienestar a través de medidas preventivas.
Cada intervención debe estar perfectamente respaldada por los objetivos planificados, así como por el seguimiento posterior que pone el acento en la evolución del proceso.
El trabajador social también trabaja en el campo de la enseñanza
¿Te gustaría formarte como trabajador social para desarrollar una profesión que destaca por su influencia positiva en el entorno? Ten en cuenta que el perfil profesional al que hacemos referencia en Formación y Estudios también puede trabajar como profesor. La labor de los profesionales que forman a nuevos titulados es clave. El trabajador social utiliza diferentes herramientas de ayuda en su labor diaria. Por ejemplo, en ocasiones aplica técnicas de mediación para facilitar el diálogo en la gestión de conflictos entre dos partes que están enfrentadas por alguna razón.
Hoy en día, la Formación Profesional ofrece grandes oportunidades de trabajo. Y si quieres desarrollar tu carrera como trabajador social, puedes optar por esta vía para prepararte, adquirir competencias y diferenciar tu currículum con éxito. Conviene señalar que la figura del trabajador social es muy importante en algunos de los ámbitos más relevantes de la sociedad actual como, por ejemplo, en la escuela, aunque también está presente en residencias para personas mayores.