El diseño de interiores es una disciplina creativa que, en la actualidad, ofrece muchas oportunidades profesionales. Ten en cuenta que los espacios influyen en cómo se sienten las personas. Una experiencia de bienestar o de incomodidad que puede producirse en todo tipo de escenarios. Desde el propio hogar hasta el entorno profesional. ¡Te damos seis motivos para estudiar diseño de interiores!
1. Participar en una gran variedad de proyectos
Cada tipo de proyecto de interiorismo es totalmente irrepetible. Ten en cuenta que un inmueble tiene sus propias características y el estilo elegido imprime una atmósfera única en el interior. Es una especialidad que te permite aprender constantemente a partir de la experiencia. Cada nuevo proyecto es una invitación para descubrir nuevas tendencias en el sector.
2. Trabajar para otra empresa o montar un negocio propio
La formación indicada ofrece ambas opciones. Es decir, esta titulación te permite incorporarte a diferentes equipos de trabajo. Pero también te proporciona la visión, la preparación y la motivación esencial para montar un negocio especializado. Puedes crecer profesionalmente en distintas direcciones.
3. Diferenciación y marca personal
El diseño de interiores ofrece muchas oportunidades de trabajo. Pero es un sector creativo que se enriquece con los puntos de vista de todos los profesionales. Por ello, te ofrece las herramientas y recursos necesarios para posicionar tu marca personal y diferenciarte de otros perfiles. Además, hoy en día dispones de importantes medios online para incrementar la visibilidad de tu trabajo. Por ejemplo, presenta tu punto de vista a través de una página web, en las redes sociales o mediante un blog.
4. Trabajar por objetivos
Un proyecto conecta con una meta final contextualizada en un plazo de tiempo. Pero antes de alcanzar el objetivo definitivo, el proyecto avanza de forma ordenada por medio del cumplimiento de otros propósitos a corto y medio plazo. El trabajo por objetivos alimenta la motivación de los profesionales más creativos. Te ayuda a mantener el foco en lo esencial, sin perder de vista los detalles del proceso.
5. Estar en contacto con la belleza
El diseño de interiores está directamente relacionado con la belleza. Imagina, por ejemplo, la transformación existente en un espacio que muestra un punto de inflexión a partir de un proceso de cambio. La armonía, el equilibrio, la planificación, las texturas o la búsqueda de la proporción son conceptos que forman parte de un proyecto. La estética constituye un componente muy importante de un espacio. Pero la estética se completa, además, con la funcionalidad. De este modo, el entorno proporciona el confort y el bienestar deseado.
Aprender a estudiar un entorno desde un punto de vista integral: iluminación, color, estilo, distribución, materiales, acabados, orden, organización, decoración emocional… Además, un espacio interior también se enmarca en una localización concreta. El diseño interior es clave para crear una conexión con el contexto.
Por otra parte, puedes mezclar estilos o utilizar uno principal. El industrial, el nórdico, el campestre, el ecléctico, el contemporáneo, el rústico y el clásico son solo algunas de las múltiples alternativas a tener en cuenta.
6. Participar en la felicidad de los clientes
Todo proyecto de interiorismo está acompañado por la ilusión. El propietario del inmueble quiere disfrutar de un escenario adaptado a sus necesidades. Como profesional puedes acompañar a los clientes a lo largo de las diferentes etapas del proceso, hasta desvelar la sorpresa del resultado final. Un proceso apasionante en el que también pueden surgir obstáculos.
Es un trabajo que tiene un alto valor emocional. De hecho, un espacio verdaderamente personalizado es aquel que transmite una información significativa a través de los detalles. Por ejemplo, muebles antiguos, fotografías o recuerdos personales.
En Formación y Estudios enumeramos seis motivos para estudiar diseño de interiores en el momento actual.