Aunque las nuevas tecnologías proporcionan nuevas formas de trabajo, la oficina sigue siendo un marco de referencia en el ámbito profesional. Es decir, el despacho representa el escenario perfecto para la realización de proyectos, la gestión de tareas y el cumplimiento de objetivos. En Formación y Estudios te damos seis consejos para trabajar en una oficina.
1. Mantén el orden en el escritorio
El orden también es importante en otras zonas del despacho, sin embargo, la mesa enmarca el punto focal más representativo. Ten en cuenta que es un mueble básico, funcional y esencial. Es recomendable que la superficie esté perfectamente organizada y libre de elementos innecesarios. Por ello, para mantener el orden en este ámbito, es aconsejable revisar el escritorio al inicio y al final de la jornada (para hacer los ajustes necesarios).
2. Establece objetivos diarios y anótalos en tu agenda
La organización del tiempo es otro de los factores que hay que cuidar durante el trabajo en la oficina. En ese caso, conviene establecer objetivos diarios que, por otra parte, se alinean con metas semanales. De este modo, cuando llega el viernes puedes hacer un balance con los propósitos conseguidos y una previsión de las próximas tareas.
3. Trabaja en equipo
Actualmente, la mayoría de los proyectos remiten al trabajo en equipo. Es decir, son procesos que requieren de la colaboración, la comunicación bidireccional, el cumplimiento de normas y la búsqueda de acuerdos. Existen momentos de máxima concentración, pero también puedes disfrutar de pequeños espacios de pausa que, a modo de descanso, facilitan la conexión con otros compañeros. Existen diferentes tendencias que ponen en valor el cuidado de los vínculos profesionales en el ámbito laboral. El afterwork es un ejemplo de propuesta en crecimiento, especialmente, en las ciudades. En el contexto actual es posible trabajar en equipo, incluso, en la distancia. Desde tu oficina puede estar perfectamente conectado con otros profesionales por medio de diferentes vías de comunicación.
4. Estudia y sigue aprendiendo
El trabajo en la oficina, a veces, puede resultar rutinario. Sin embargo, es aconsejable que el profesional no se estanque en la zona de confort en el trabajo. Debe actualizar sus competencias a través del hábito del estudio que alimenta el conocimiento, la adquisición de nuevas habilidades y la motivación para conseguir otros desafíos.
5. Identifica cuáles son los ladrones de tiempo más recurrentes
¿Qué ocurre cuando llegas al final de la jornada con la sensación de no haber logrado los objetivos que tenías previstos para ese día? Con frecuencia, conviene profundizar en torno a la forma de gestionar el horario. Las horas disponibles parecen insuficientes ante las distracciones, las pausas o las interrupciones. Actualmente, existen tantos ladrones de tiempo como puedas imaginar. Por este motivo, lo verdaderamente esencial es que analices en qué puntos debes poner el foco de atención para solucionar esas situaciones que interfieren en tu ritmo de trabajo.
Esas situaciones parecen tan integradas en la rutina de trabajo que pueden llegar a pasar desapercibidas. Sin embargo, producen consecuencias que interfieren en la productividad y en el bienestar (la prisa y la sensación de no llegar a todo pueden producir estrés).
6. Que la creatividad y la inspiración te encuentren mientras trabajas
La búsqueda de inspiración no solo se integra en proyectos literarios, por ejemplo. El trabajo en la oficina también puede enriquecerse con un factor que, en ocasiones, surge de forma aparentemente casual. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones irrumpe cuando el profesional toma la iniciativa para implicarse en su labor diaria. También puedes alimentar la búsqueda de inspiración por medio de la investigación de un tema concreto. Así sucede cuando consultas varias fuentes de documentación para ampliar tu visión sobre un tema.