Cuando tenéis un examen, no significa que vayáis a ir a la clase y, de inmediato, ponernos a escribir. Todo lo contrario, ya que es necesario que esperemos unos minutos hasta que el profesor llegue a la zona, dé las instrucciones y empiece a repartir los papeles. Esto significa que hay varios minutos disponibles entre que llegamos y comienza el examen. ¿Qué podemos hacer mientras tanto? Muy sencillo: estudiar.
Casi toda la gente lo hace cuando va a enfrentarse a un examen. Se llevan los apuntes, y los repasan unos minutos antes de que comience el periodo clave. Esto tiene varias ventajas, ya que así podremos tener los conocimientos frescos y, por lo tanto, tendremos una mayor posibilidad de aprobar el control.
También hay que tener en cuenta que el contenido que repasemos antes del examen depende de la velocidad a la que podamos leer. Cuando más rápido leamos, más apuntes podremos repasar y, por lo tanto, más contenidos habremos estudiado. De hecho, hay gente que puede llegar a repasar el examen completo en unos pocos minutos. Y, de nuevo, esto permite que tengamos más posibilidades de aprobar.
Los minutos previos a los exámenes, teniendo en cuenta estas recomendaciones que hemos dado, pueden llegar a ser periodos muy importantes. Incluso, pueden ser la diferencia entre aprobar o suspender un examen. Por lo tanto, os volvemos a aconsejar que, antes de que comience el examen, estudiéis todo lo posible. Incluso, si tenéis la posibilidad, presentaros en clase lo antes posible, para que así podáis estudiar aún más.