Existen distintas herramientas de aprendizaje que pueden utilizarse en la infancia, un momento especialmente propicio para impulsar el conocimiento. Los experimentos científicos tienen un valor especialmente atractivo para los niños. ¿Cuáles son sus beneficios desde el punto de vista pedagógico?
1. Aproximación científica
La historia de la ciencia pone en valor el nombre de grandes científicos y científicas que gracias a su investigación y descubrimientos, marcaron avances significativos en el desarrollo de las distintas ramas científicas.
El conocimiento teórico puede complementarse con esta dimensión práctica que parte de la experimentación del ejercicio práctico. A través de los experimentos los niños descubren la metodología propia de la ciencia en donde toda causa produce un efecto.
2. Descubrimiento del conocimiento objetivo
A diferencia de las interpretaciones subjetivas, la ciencia está respaldada por resultados objetivos que son observables a través de datos. Por medio de la experimentación, los niños también descubren certezas fundamentadas en hechos objetivos.
Por tanto, a través de esta formación los niños educan el pensamiento crítico que es tan importante también en la etapa adulta.
3. Trabajo en equipo
A nivel individual, los niños desarrollan su ingenio, su curiosidad, su capacidad de superación y su actitud optimista a través de la disposición proactiva para la experimentación. Desde la perspectiva del grupo, el trabajo en equipo favorece el compañerismo y las habilidades sociales al colaborar en un objetivo común.
En torno a este espacio de experimentación es posible crear un entorno propicio para la investigación, el intercambio de ideas, la búsqueda de inspiración y la creatividad.
4. Constancia
El alumno descubre la diferencia que existe entre las ramas de ciencias y las de letras a través de las características propias del objeto científico que, por sí mismo, es vulnerable de experimentación. Sin embargo, la experimentación está acompañada por el proceso de ensayo y error. Los grandes nombres de la ciencia son un ejemplo de cómo la constancia es indispensable para lograr resultados valiosos. Marie Curie es un ejemplo de ello.
Pues bien, los alumnos también pueden descubrir en su contexto directo que a pesar de haber obtenido un resultado equivocado o a pesar de que las expectativas no se cumplieron, deben seguir trabajando. Es decir, pueden volver a empezar de nuevo. Esta lección de inteligencia emocional es una conclusión que puede aplicarse a la vida en general.
El alumno desarrolla una actitud proactiva y no reactiva. Es decir, se siente protagonista de un momento único y creativo.
5. Museos de Ciencias
Desde el punto de vista de las actividades de ocio y tiempo libre, la ciencia también se convierte en el hilo conductor de las propuestas que los museos temáticos programan para niños con un enfoque didáctico, divertido y ameno.
Por ello, puedes consultar la agenda de ocio de los museos de ciencias no solo en tu lugar de residencia, sino también, en aquellos lugares que visitas durante las vacaciones con tus hijos, para consultar las actividades previstas para las próximas semanas. De este modo, también es posible fomentar la curiosidad infantil y el disfrute de los planes culturales.
Esta experimentación científica disfrutada desde la infancia, también puede alimentar la inquietud de niños que tal vez en la etapa adulta decidan seguir el camino de la ciencia en su profesión al trabajar como investigadores. Investigadores del futuro que son conscientes de lo que este saber representa para la evolución y el desarrollo social.