Una de nuestras recomendaciones (de las más aconsejables) es que, cuando os pongáis a estudiar, lo hagáis en un lugar en el que estéis cómodos y en el que tengáis el espacio suficiente como para llevar a cabo todas las tareas sin problemas. Evidentemente, habrá ocasiones en las que esto será imposible. Ya sea porque estemos viajando, porque estemos de visita o, simplemente, porque no podamos habilitar una zona así.
Durante estos momentos tendremos que buscar algún tipo de solución. Tenemos que seguir estudiando y, aunque el lugar no sea el más idóneo, nos veremos obligados a encontrar la manera más idónea de repasar los apuntes. Hay múltiples formas de hacer, aunque aquí vamos a comentar las más comunes y utilizadas. Puede que no sean las más cómodas o salubles, pero está claro que son una solución a tener en cuenta.
Una de las maneras más conocidas es la de estudiar sentados. De esta forma, nos sentamos con las piernas cruzadas y nos colocamos los apuntes encima de ellas. Tendremos que agachar un poco la cabeza, pero podremos leer los contenidos. Otra manera parecida es la de «acostarnos» boca abajo, pero apoyarnos con los codos en el suelo. Así también podremos estudiar.
Por último, también tenemos la posibilidad de buscar algún objeto que haga la función de mesa, sentarnos, y colocarnoslo encima con el fin de mejorar un poco más la manera de estudiar. Sin duda, esta última es la más prometedora.
No olvidéis que existen muchas más maneras de estudiar. Sólo hemos comentado las más comunes, por lo que con un poco de ingenio tendréis la oportunidad de descubrir formas que podrían llegar a sorprendernos incluso a nosotros.