Personas emprendedoras, trabajadores, gerentes, estudiantes, líderes , empresarios… todos han sentido alguna vez el poder paralizante del estrés. Es algo que ocurre y que puede aparecer en cualquier momento y que si no se sabe cómo manejarlo es muy difícil que desaparezca, un estrés mal gestionado puede ser tu peor enemigo. En cambio el estrés bien manejado no tiene por qué ser debilitante en absoluto.
El estrés aparece por una gran presión que se siente por sobrevivir (aunque no haya nada amenazante alrededor), por tener éxito y por hacer felices a los demás… ¿Te está ocurriendo a ti? ¿Notas cómo te empieza a debilitar? La tensión diaria puede producir dolor, un dolor interno que te haga sentir la necesidad de buscar alivio desesperadamente. Pero antes de que ocurra, la mejor solución es sin duda: prevenirlo. Debes aprender a evitar que el estrés debilitante aparezca en tu vida, sólo de este modo no notarás su poder negativo sobre ti y serás tú quién convierta todo ese estrés en algo positivo y productivo para ti.
Si te dejas arrastrar por el estrés no descansarás bien, no dormirás, no podrás pensar claramente, sentirás fatiga física, emocional y mental. No es una buena forma de empezar el día… necesitas estar bien cada mañana y afrontar el día con optimismo, sin dejar que el estrés influya en tu trabajo, en tu formación o en tus estudios. Pero, ¿cómo conseguirlo?
Pregúntate cosas para saber tu nivel de estrés actual
Es necesario que te analices para saber qué tipo de estrés tienes en tu vida actualmente, sé sincero y contesta a las siguientes preguntas:
- ¿Me siento irritado a menudo?
- ¿Me levanto cansado por las mañanas?
- ¿Me voy a casa después del trabajo con ansiedad?
- ¿Me preocupo sin parar?
- ¿Duermo mal?
- ¿Me siento nervioso a menudo?
Al contestar estas preguntas te darás cuenta de tu nivel de ansiedad y deberás pensar qué hacer para poder protegerte del estrés y no permitir que te debilite.
Prioriza las tareas
Es necesario que para que el estrés no se apodere de tu mente, priorices lo que tienes que hacer en un día. Pon lo más importante arriba y lo menos abajo, si no llegas a todo procura buscar un sitio otro día en tu agenda para hacerte cargo, pero no te satures en un día… recuerda que no hay más de 24 horas.
Centra la atención en ti
Es necesario que prestes la atención a tu salud física y emocional, el ejercicio regular es necesario y también un descanso óptimo para poder recargar las pilas cada día. Sal a caminar siempre que tengas un momento y permite que el sol te dé en la piel (usando protector si es necesario). También puedes hacer algo de ejercicio antes o después del trabajo, crea rutinas para ir a dormir y no tomes estimulantes después de la cena.
Es necesario que medites, que desarrolles hábitos saludables para tu salud emocional. Puedes leer libros, hacer yoga o practicar algún hobbie que te distraiga de tus pensamientos negativos cada día. Rodéate de personas empáticas y positivas que te ayuden a estar sin estrés. Usa el humor y aliviarás tu estrés de forma inteligente.
Delega responsabilidades
Si tienes que hacer trabajos en equipo en la universidad o si tienes personal a tu cargo, delega responsabilidades que no te corresponden a ti. Necesitas separar la responsabilidad de tu trabajo de lo que los demás deben hacer, no hagas el trabajo de otros. Esto podría afectar a tu salud emocional por culpa de cargarte estrés de más.
Organiza bien tu tiempo
Organizar bien el tiempo es imprescindible para poder llegar a todo y vencer al estrés para siempre. Puedes utilizar una agenda para anotar tus tareas y marcarte unos tiempos flexibles para desarrollarlos. Debes trabajar para lograr el equilibrio entre tu trabajo, el tiempo personal, la vida familiar, las actividades sociales y los intereses personales… parece misión imposible, pero se pueden conseguir teniendo un alto nivel de auto disciplina.
Además: no te comprometas con nadie, no programes para más de un día de anticipo, sé optimista, piensa en positivo, disfruta de lo que haces, elimina el comportamiento autodestructivo y los pensamientos negativos. Fija tu atención en lo que puedes controlar y mejorar, y lo demás… que pase a un segundo plano.