Aprender a conducir es uno de los aprendizajes más importantes que muchas personas adquieren en algún momento. Un aprendizaje que no solo potencia el currículum cuando este es un requisito básico para acceder a un puesto de empleo. Pero la aplicación de la conducción también es importante para la vida. Los profesores de conducir acompañan a potenciales conductores en este proceso de aprendizaje.
En Formación y Estudios reflexionamos en este artículo sobre la importancia que tiene la inteligencia emocional para trabajar en esta profesión.
1. El valor de la empatía
La inteligencia emocional es muy importante en este proceso de aprendizaje y acompañamiento. Cada alumno es diferente, tiene su propio ritmo de aprendizaje y afronta este nuevo reto desde su realidad. Por esta razón, la empatía es un ingrediente positivo en este contexto de comunicación.
2. Motivación externa
Cada alumno puede potenciar su motivación interna para seguir avanzando en este proyecto, más allá de las posibles dificultades que pueda vivir en el plan de acción. Por ejemplo, tal vez el alumno no logre cumplir con la planificación que tenía prevista en la preparación de este examen. Pero además del cuidado de la motivación interna, el profesor de autoescuela también ofrece reconocimiento externo.
El profesor de autoescuela motiva a los alumnos cuando pone en valor los aciertos y los objetivos cumplidos. De este modo, el alumno es consciente de la evolución experimentada a partir de este proceso de aprendizaje. Pero, a su vez, este profesional también concreta los aspectos a mejorar.
3. Comunicación asertiva
Este es un trabajo que tiene un alto valor humano. La comunicación es inherente a cualquier proceso de enseñanza. La inteligencia emocional es relevante en este contexto porque no solo importa el mensaje expresado, sino también la forma de transmitirlo.
En este proceso de comunicación también es importante poner el punto de atención en la escucha. Porque cada persona que vive este proceso de aprendizaje tiene sus fortalezas, sus dificultades, sus expectativas o factores que le influyen a nivel externo.
Las habilidades sociales, en definitiva, son esenciales en este trabajo.
4. Confianza
El profesor de autoescuela observa la evolución de cada alumno. Y desde la primera clase transmite su confianza en la superación personal de cada persona. Esta confianza es muy importante para todos los alumnos, pero especialmente para quienes viven este reto con cierta inseguridad. Por ejemplo, quizá el alumno esté más nervioso ante la cercanía del próximo examen.
La confianza del profesor aporta motivación externa a quien se encuentra en esta situación.
5. Atención personalizada
Muchas personas se preparan para aprender a conducir cada año. Son muchos los alumnos que pasan por la autoescuela. Sin embargo, cada alumno es diferente. La atención personalizada es importante en este proceso de enseñanza que observa las particularidades de cada alumno. La conducción no se centra únicamente en los aspectos más técnicos de este proceso.
El factor humano es determinante durante este proceso en el que las emociones están tan presentes. La ilusión, la esperanza y la alegría pueden intervenir en este proceso. Pero, también, por ejemplo, la capacidad de tolerancia a la frustración ante los objetivos no cumplidos.
La inteligencia emocional es tan importante que este ingrediente puede marcar la diferencia en aquel profesor de autoescuela que es un excelente profesional. Por tanto, los profesores de autoescuela acompañan a los alumnos en un momento importante como este. Por ello, la inteligencia emocional pone de manifiesto el valor que la empatía, la comunicación y la motivación tienen en esta profesión. ¿Qué otros ingredientes de inteligencia emocional crees que son importantes para realizar este trabajo? Muchas gracias por compartir tu punto de vista en Formación y Estudios.