Es cierto que con motivación siempre se consiguen buenos resultados, pero no siempre es fácil sacar esa motivación que nos empuje al cambio o a conseguir las metas que nos tenemos propuestas. La motivación puede ir y venir pero no siempre estará a tu lado. Por eso, ¿qué pasa cuando la motivación te abandona? ¿Tienes que dejar tus metas a un lado hasta que vuelva de nuevo? De eso nada.
Son muchas las personas que únicamente realizan las cosas cuando están motivados para hacerlo, cuando sienten esa fuerza que les impulsa a completar los proyectos, a alcanzar las metas y a trabajar en general. Pero todos tenemos días buenos y días malos, por lo que es importante que tengas en cuenta que la motivación no siempre estará a tu lado, pero eso no tiene que ser motivo para que tires la toalla a la primera de cambio.
La motivación no es fiable
Existen algunos problemas que pueden ocurrir a causa de la motivación ya que es no es un todo. La motivación no es fiable porque no es una emoción constante. La motivación va y viene y nunca sabrás si estará a tu lado cuando más lo necesites. Es como un amigo que sólo está para los buenos tiempos pero que se va cuando más lo necesitas. En este sentido, la motivación es poco fiable, ¿dónde está la motivación cuando llegas de trabajar cansado y tienes que ir al gimnasio cuando te encuentras tan cansado?
Además, la motivación es fugar. Se trata de una emoción que dura un poco de tiempo y que después desaparece. La motivación es complicada ya que nunca se queda el tiempo suficiente para que puedas completar tu meta, y debes ser tú quién saque la fuerza de dónde piensas que no la tienes -pero sí la tienes- para completar lo que estás haciendo.
Por todo esto, debes saber que la motivación no siempre estará de tu parte, pero tus objetivos no se marcharán a ningún lugar. La motivación no se quedará a tu lado todo el tiempo que necesitas, pero sí debes utilizar esa emoción para saber qué quieres conseguir y que de esa manera puedas visualizar tus objetivos y así, alcanzarlos.
La motivación no lo es todo
La motivación no lo es todo porque la realidad es que debes hacer las cosas por ti mismo/a. Tus metas son tuyas, y deberás tenerlas en cuenta para poder alcanzarlas, dejando a un lado el hecho de si tienes o no motivación para conseguirlas. Habrán días que sí tendrás motivación y otros días que no la tendrás, pero eso no debe impedirte seguir avanzando.
Perseverar sin motivación te hace más fuerte
No creo que exista mucha motivación cuando suena el despertador a las cinco de la mañana para hacer ejercicio antes de que tus hijos se despierten o para estudiar antes de ir a trabajar. Pero la realidad es que puedes conseguirlo si te lo propones, si sabes realmente qué es lo que quieres conseguir y tienes los recursos para hacerlo. Aunque es más fácil hacerlo cuando hay motivación, no siempre será un camino sencillo de conseguir. Pero lo fácil no te hará más fuerte.
Los hábitos y las rutinas son más fiables que la motivación
La motivación puede desparecer pero los hábitos y las rutinas llegarán para quedarse. No hay motor más fuerte que el de un hábito. Despertar temprano cada mañana no será fácil hasta que lo conviertas en un hábito, hasta que sepas que forman parte de tus rutinas, de tu día a día. Te acostumbrarás a hacerlo así, las rutinas te ayudarán a conseguir tus objetivos y todas tus metas.
Necesitas una fuerza que te impulse
La motivación puede ser esa fuerza que te impulse de vez en cuando, pero no todas las veces. Por éste motivo resulta muy importante que dentro de tu interior tengas una fuerza que te impulse a conseguir lo que quieras. Cuando tengas la fuerza para levantarte y hacer las cosas por tu cuenta, conseguirás el éxito. Te darás cuenta que para conseguir las cosas no se necesita siempre la motivación, sino que necesitas constancia y perseverancia.
Una vez que te des cuenta de todo esto, podrás tener la fuerza interna suficiente para poder conseguir cualquier cosa que te propongas en la vida… teniendo la motivación de tu parte o no teniéndola.