En el ámbito académico, es habitual hablar sobre la importancia que adquieren los hábitos de estudio en relación con los resultados académicos, el aprendizaje y la superación personal. Los hábitos de estudio se alinean con un plan de acción que pone el acento en objetivos temporales. Sin embargo, aunque un estudiante esté muy motivado con la preparación de un próximo examen o cualquier otra cuestión de su vida académica, también debe desconectar de sus ocupaciones para centrarse en sí mismo. Es decir, el autocuidado es importante para todas las personas, más allá de su realidad y etapa vital. ¿Cuáles son las enfermedades, síntomas o molestias que experimentan los alumnos con más frecuencia?
Gripes y resfriados
Las gripes y resfriados llegan acompañados por la necesidad de descanso. El paciente no debe hacer un esfuerzo añadido para concentrarse, puesto que necesita priorizar sus propias necesidades corporales y emocionales. En ocasiones, los síntomas de gripe presentan una mayor gravedad como ocurre cuando la persona tiene fiebre alta. Tras recibir el diagnóstico concreto, es importante seguir las indicaciones del médico.
Dolores estomacales
La rutina académica de un estudiante no es lineal, puesto que a lo largo del curso se producen puntos de inflexión significativos como aquellos que se enmarcan en etapa de exámenes. También pueden surgir otras circunstancias concretas como, por ejemplo, la dificultad para aprobar una asignatura difícil. En ocasiones, los estudiantes sufren síntomas de estrés o ansiedad que, por otra parte, repercuten en otros ámbitos. En ocasiones, por ejemplo, pueden producir dolor de estómago.
Migrañas y cefaleas
Cuando se producen molestias habituales, es importante evitar caer en la trampa del autodiagnóstico. Es un profesional cualificado en el ámbito de la salud quien debe hacer una evaluación de los síntomas específicos del paciente y de cómo interfieren en su día a día. En ocasiones, el malestar tiene la forma de un dolor de cabeza intenso.
Contracturas en la espalda y en el cuello
Los estudiantes pasan mucho tiempo sentados cada día. Al horario de clase se suma el tiempo de estudio en casa o en la biblioteca. Es decir, puede ocurrir que la persona permanezca durante mucho tiempo en la misma posición. Sin duda, el mantenimiento de una postura cómoda es clave para favorecer el autocuidado y potenciar el bienestar durante el repaso, la realización de deberes o la preparación de un examen. Pues bien, conviene indicar que, en ocasiones, los alumnos también experimentan algún tipo de malestar que está relacionado con molestias que se localizan en la zona de la espalda y el cuello.
Picor de ojos
Como ya hemos indicado en el artículo, el descanso es una de las formas de autocuidado que un estudiante puede aplicar en su día a día. Por ejemplo, es recomendable hacer pausas breves durante una tarde de estudio para cambiar de postura corporal y caminar. Sin embargo, el esfuerzo de las horas de estudio también puede dejar un reflejo en la vista a través de molestias concretas como el picor de ojos. Además, hay que señalar que los adolescentes y estudiantes universitarios se forman en un tiempo muy tecnológico en el que el uso de las pantallas también se utiliza más allá del ámbito educativo (un contacto frecuente con las pantallas que también puede incrementar el riesgo de sentir picor en los ojos). Por otra parte, es fundamental preparar la zona de estudio para que esté bien iluminada (siempre es preferible aprovechar las horas de luz natural para estudiar).
Por tanto, hay diferentes enfermedades, molestias o signos de malestar que pueden afectar a un estudiante en su vida académica. Y en este artículo hemos enumerado algunos de los datos más frecuentes.