Existen circunstancias profesionales que son la consecuencia de una decisión tomada por iniciativa propia. Pero también surgen factores externos que irrumpen en el destino de aquel que rompe con su zona de confort. La capacidad de adaptación al cambio en el plano personal y profesional es una fortaleza que nutre la resiliencia. En Formación y Estudios te damos cinco consejos para afrontar los cambios profesionales.
1. Esperanza ante el cambio
La mirada del futuro puede vestirse de incertidumbre cuando un hecho rompe de forma significativa con tus expectativas. Sin embargo, es especialmente importante mantener la esperanza en esta visualización del mañana. Intenta no gastar energía en comparar continuamente el presente con el pasado. Habita el ahora en cada tiempo. Esta filosofía refuerza la esperanza.
Los cambios no solo aportan la lección de la esperanza, sino también la virtud de la paciencia. Aprender a esperar es clave en este contexto.
2. Identifica aquello que permanece en el cambio
Cuando se produce un cambio profesional surgen novedades significativas, pero eso no significa que todo sea absolutamente distinto a lo anterior. Por ejemplo, puedes encontrar seguridad en hábitos que seguirás alimentando en este nuevo tiempo. Contextualiza el cambio como un factor que no es absoluto.
Aquello que cambia resulta más fácil de afrontar cuando lo observas desde la perspectiva de aquello que permanece.
3. Observa este cambio profesional como una oportunidad
El cambio crea un nuevo escenario. Date tu tiempo para experimentar tu proceso de adaptación gradual. No es el primer cambio que experimentas en tu destino. Cuentas con la sabiduría de la experiencia para aplicar lo aprendido anteriormente a este nuevo lugar que es el presente.
¿Cómo te gustaría recordar este tiempo cuando pasen cinco años? La respuesta a esta pregunta no depende tanto de las circunstancias sino de aquello que depende de ti. Por ejemplo, la implicación y el compromiso con el cambio. ¿Cómo te posicionas ante el cambio? La respuesta a esta cuestión puede depender, entre otros factores, de las propias creencias sobre el cambio. Reflexiona sobre el cambio en sí mismo, la razón que lo ha producido, los efectos que ha generado en tu vida.
4. Plan de acción para alcanzar el objetivo a seguir
Cuando se produce un cambio llegan nuevas circunstancias y la vida continúa. Es importante seguir mirando hacia adelante y no quedar estancado en el pasado. Por ello, define cuál es tu meta en este nuevo escenario. Dicha meta puede enfocarse en el corto plazo, pero intenta visualizar un poco más allá de lo inmediato.
¿Cuál es el plan de acción que vas a trazar para llegar al escenario que te gustaría alcanzar? Este plan de acción es flexible, puedes adaptarlo a la realidad. Esta planificación te permite visualizar cuál es la distancia que existe entre el instante actual y el escenario potencial.
5. Momento para evolucionar
Cuando las circunstancias cambian, surgen nuevas preguntas que te llevarán a otras respuestas. Tal vez des con la clave de interrogantes que no te habías planteado hasta este momento o, quizá, esas preguntas nazcan desde un nuevo punto de vista.
Tal vez sea en ese escenario de cambio en el que desees reinventarte a nivel profesional aprovechando aquellos recursos que tengas a tu alcance. Por ejemplo, la formación online te aporta la flexibilidad para organizar este objetivo y conciliarlo con otras metas a corto plazo.
Algunos cambios profesionales tienen un efecto transformador, otros producen un efecto que queda más en la superficie. Sin embargo, la dimensión de este cambio visto como una oportunidad depende, principalmente, de la propia mirada.
Cinco consejos para afrontar los cambios profesionales que puedes reinterpretar desde tu propio punto de vista.