La educación es uno de los bienes más importantes que recibe un ser humano a lo largo de su existencia puesto que tiene un impacto en el plano personal, familiar, afectivo, profesional, social y vital. Es habitual presuponer que el acceso a la formación comienza de manera universal en la infancia. Sin embargo, también es posible experimentar carencias relevantes relacionadas con el aprendizaje, el saber y el desarrollo de la curiosidad. ¿Qué consecuencias produce la falta de educación en los niños?
1. Dificultades en la comprensión lectora
Entre los diferentes tipos de aprendizaje que puede completar un niño durante su infancia, conviene poner una atención muy especial en la escritura y la lectura. Las limitaciones en la comprensión lectora pueden derivar en errores de interpretación y confusiones significativas en la información de un texto.
2. Consecuencias negativas a largo plazo
La falta de educación no solo afecta a la igualdad de oportunidades de los niños en el presente, sino que condiciona de forma negativa su desarrollo profesional en el futuro. Especialmente, en un entorno competitivo en el que los requisitos de acceso a un puesto de empleo pueden ser tan exigentes, la falta de educación hace que sea muy difícil alcanzar el nivel de cualificación solicitado para acceder a un cargo.
3. Reducción de las posibilidades de futuro
Ningún ser humano, más allá del contexto en el que nace y crece, puede hacer una previsión exacta de cómo será su futuro profesional o personal a largo plazo. Sin embargo, sí es posible establecer una asociación entre la falta de educación y las posibilidades de futuro puesto que estas se reducen de forma significativa. Es decir, hay muchas alternativas que resultan más difíciles de alcanzar para alguien que parte desde una posición que está marcada por un mayor nivel de desconocimiento.
4. Impacto en el plano emocional
La falta de educación no solo puede influir en el modo en el que el niño visualiza su futuro a partir de los referentes que observa en su entorno. También puede producir un efecto en la forma en la que el niño se percibe a sí mismo si esa circunstancia impacta en su nivel de autoconfianza y en su autoestima.
5. Falta de acceso a recursos disponibles
Es cierto que en la actualidad existen espacios tan importantes como las bibliotecas que facilitan el acceso a la cultura. Los catálogos de las bibliotecas destacan por su accesibilidad para los usuarios que pueden tomar en préstamo las obras que soliciten. Sin embargo, la falta de educación también condiciona el acceso a esos recursos disponibles. Es decir, la agenda cultural que se programa en ciudades y pueblos, así como los medios disponibles en las bibliotecas y centros de formación, pasan más desapercibidos para quienes viven en un entorno que está condicionado por la falta de educación.
6. Mayor riesgo de exclusión social
La educación incide positivamente en la existencia humana desde distintos puntos de vista. No solo alimenta el conocimiento, sino que también potencia la creación de habilidades sociales y la formación de nuevos vínculos. Es algo que puede observarse con especial nitidez en el ámbito educativo. Los alumnos crean amistades duraderas en el marco del aula. Pues bien, conviene señalar que la falta de educación en la infancia también incrementa el riesgo de exclusión social.
Por tanto, la educación es un bien que fortalece el desarrollo pleno del ser humano en las diferentes facetas de su vida. Por ello, la falta de acceso a la formación repercute negativamente en el plano intelectual, emocional y social. Es decir, es un límite que interfiere en la búsqueda de la verdadera felicidad en la existencia.