El alumno se sitúa en una realidad en la que intervienen distintos factores externos e internos. Las circunstancias del momento forman parte de la propia experiencia académica. Existen factores que influyen en el aprendizaje. En Formación y Estudios enumeramos esta selección de ideas a continuación.
Motivación interna
Un alumno se siente más motivado ante el aprendizaje de una materia que le encanta. De hecho, la propia visión del tiempo cambia cuando estudia un tema que le gusta o cuando debe concentrarse en el análisis de un asunto que le resulta complejo. La visión de cada objetivo es totalmente diferente. La motivación interna es un motor que influye de forma significativa en el estudio. Y, en ocasiones, es habitual posponer para otro momento lo más difícil y comenzar por lo más sencillo.
Motivación externa
Aunque la implicación personal es determinante en el estudio, conviene poner en valor la importancia del reconocimiento externo. Existen momentos de dificultad en los que el alumno experimenta un mayor nivel de desánimo. Y el refuerzo positivo es un estímulo y una fuente de apoyo. Por este motivo, los profesores, en las distintas etapas académicas, son mentores que no solo transmiten conocimientos. También alimentan la motivación de los estudiantes a los que acompañan en esa etapa.
Creencias personales
Las creencias potenciadoras ayudan a un estudiante a darse cuenta de cuál es su verdadero potencial. Es decir, el alumno se enfoca en su capacidad. No ignora sus límites, pero es consciente de que puede sobreponerse a ellos con constancia y compromiso. Pero las creencias limitantes también pueden interferir de manera negativa en este proceso. Así ocurre, por ejemplo, cuando un alumno se envía mensajes que debilitan la confianza que tiene en sí mismo.
Las creencias potenciadoras, además, alimentan la autoestima personal. Y la autoestima también influye en el proceso de aprendizaje.
Bienestar
Es positivo que el alumno estudie y se implique en el objetivo, pero también debe descansar y desconectar de esta rutina. El nivel de bienestar influye en el aprendizaje. Una persona se concentra mejor cuando ha descansado y disfruta de una alimentación saludable. Por el contrario, el agotamiento afecta el rendimiento.
Entorno
El alumno se sitúa en un escenario concreto para estudiar. Las propiedades de ese lugar influyen en la planificación de un próximo examen. Un espacio cómodo con un escritorio amplio, situado en un lugar bien iluminado, ofrece el marco ideal para mantener la concentración.
Por el contrario, si el alumno estudia en un lugar en el que experimenta interrupciones constantes o distracciones, esto no le permite seguir con su ritmo de estudio. Esas pausas se transforman en pérdidas de tiempo que obstaculizan el cumplimiento de este objetivo.
Hábitos de estudio
Los hábitos influyen de forma significativa en el aprendizaje. Pero dichos hábitos no solo deben crearse y afianzarse, sino también mantenerse. Una rutina consolidada puede debilitarse cuando no se ejercita una costumbre positiva durante un tiempo. De este modo, un estudiante que utiliza técnicas de estudio para preparar un examen, emplea recursos prácticos para lograr ese objetivo. Y dichos medios facilitan la comprensión de un tema.
Comprensión lectora
Este es un hecho que influye, incluso, en las materias de ciencias. Las dificultades de aprendizaje, en ocasiones, están en relación con esta cuestión. Por este motivo, al poner en conexión este asunto con el apartado previo, conviene recordar que la lectura es un hábito positivo que facilita el aprendizaje. No solo es importante leer, sino también entender lo leído.
Por ello, las actividades de animación a la lectura son tan relevantes en la infancia. ¿Qué otros factores influyen en el aprendizaje según tu punto de vista?