Una de las decisiones más significativas que toma un estudiante es la especialidad de una formación que orienta sus pasos profesionales en una dirección concreta dentro del mercado laboral. ¿Te gustaría estudiar ilustración? En Formación y Estudios enumeramos cinco factores positivos para emprender esta experiencia.
1. Vocación profesional
La decisión de estudiar una carrera siempre aporta mayor felicidad a aquel estudiante que contextualiza esta elección en la línea de su propia felicidad. Es decir, un estudiante vocacional es aquel que se visualiza a sí mismo protagonizando una carrera en esta especialidad y se siente feliz por poder desarrollarse en este contacto permanente con el arte.
Para clarificar cualquier duda, el estudiante puede hablar con profesores que puedan orientarle en esta decisión. También puedes considerar la opción de realizar un curso breve de ilustración para conocer mejor esta temática y descubrirte a ti mismo en este escenario.
La vocación es muy importante para elevar la motivación frente a las posibles dificultades que el protagonista visualice en el horizonte de este proyecto personal. Por ejemplo, la persona puede tener la creencia de que este es un sector difícil, desde el punto de vista de la búsqueda de empleo o el desarrollo de una carrera estable.
Las dificultades adquieren una nueva visión cuando el protagonista escucha la voz de su vocación que es tan significativa en relación con el propio proyecto vital.
2. Portafolio de creaciones personales
La creatividad es uno de los signos propios de aquel artista creativo que plasma su punto de vista mediante el lenguaje de la ilustración. No solo puedes tener un portafolio cuando seas profesional y ofrezcas tus servicios freelance a diferentes clientes. Si tu interés por este tema te acompaña desde hace un tiempo es probable que tengas algunos proyectos que puedes agrupar en un portafolio.
3. Libros de ilustración
El estudiante puede ampliar su formación en las aulas con el contacto frecuente con libros de esta temática. Por ello, puedes estar atento a las novedades del mercado editorial a través del catálogo de diferentes librerías y la consulta de libros en la biblioteca. Poder aprender de otros artistas te ayuda a enriquecer tu propia perspectiva con el aprendizaje de este ejemplo. Por ejemplo, puedes descubrir nuevos nombres a los que admiras por su trabajo.
Además, también puedes añadir el plan cultural de visitar exposiciones de ilustración en aquellas galerías que otorgan este protagonismo en su agenda a creaciones de artistas que destacan por su talento en esta especialidad. Este contacto frecuente con la cultura también puede ayudarte a definir tu propio estilo. Un aspecto muy importante en relación con la diferenciación y la creación de una propuesta de valor.
4. Formación
Consulta con detenimiento distintas propuestas de formación para tomar tu elección final. Además de tu talento, la titulación obtenida refuerza tu currículum con el reconocimiento de la formación aprendida. Es cierto que el trabajo de un ilustrador es su mejor carta de presentación. Pero esta información más muy profesional cuando está respaldada por una titulación.
A través de la formación, la experiencia práctica como ilustrador y el contacto con planes culturales especializados en esta temática puedes dar forma a tu propia voz como autor.
5. Marca personal
Las nuevas tecnologías ofrecen nuevos recursos de proyección profesional para aquellos ilustradores que invierten en su propio branding personal mediante la utilización de distintas herramientas, por ejemplo, una página web.
Por tanto, estudiar ilustración es un proyecto que motiva a muchos estudiantes creativos que visualizan su futuro en contacto con esta expresión artística. ¿Y qué consejos de orientación te gustaría dar a un estudiante que desea trabajar como ilustrador a corto plazo?