La elección de un grado universitario puede convertirse en una auténtica experiencia de autoconocimiento personal. Un estudiante completa un importante proceso de aprendizaje y descubrimiento. Pues bien, es positivo que cuando el alumno finaliza el último curso, visualice una vida laboral que se alinea con sus objetivos profesionales. Este hecho es tan importante que, por ello, muchos alumnos abandonan la carrera que habían iniciado en la universidad porque no disfrutan realmente con las materias y contenidos que componen el programa. ¿Cómo elegir el grado universitario que más se ajusta a tus objetivos a largo plazo? En Formación y Estudios te proponemos cuatro consejos.
1. En primer lugar, define cuáles son tus metas de trabajo y desarrollo profesional
¿Hace tiempo que descubriste tu vocación profesional o, por el contrario, tienes dudas entre varias alternativas? Tienes el poder de empezar a diseñar y planificar tu futuro profesional en este instante. Es decir, establece tres metas a largo plazo que quieres alcanzar en tu carrera laboral. Ten en cuenta que esos datos son decisivos para acotar la dirección que ilumina tu felicidad en el trabajo.
Pues bien, busca información y documentación sobre uno o varios grados universitarios. Consulta cuáles son los contenidos del temario y el modo en el que se estructura el programa completo. Además, pon el acento en un apartado relevante: las salidas profesionales que proporciona el título. ¿A qué puestos de empleo puede acceder el profesional que cuenta con esa titulación en su currículum? No pierdas de vista cuáles son los objetivos de futuro que quieres lograr. Elige el grado que te aproxime claramente hacia las metas que te has marcado.
2. Busca orientación en personas de confianza: pide el consejo de un mentor
Como hemos señalado, el autoconocimiento es clave para elegir un grado universitario que se alinea con las expectativas de futuro a nivel personal y profesional. Sin embargo, la decisión genera una gran responsabilidad. Por ello, es frecuente que el alumno busque el consejo de profesores o familiares. ¿En quién te gustaría confiar esta cuestión? ¿Quién puede orientarte en la toma de una decisión? Seguro que puedes identificar a algún familiar que ha actuado como un mentor para ti en diferentes momentos de tu vida.
3. Salidas profesionales y oportunidades de trabajo a largo plazo
Contextualiza las metas de futuro que te has marcado. Más allá de la ilusión que sientes ante los objetivos que quieres conseguir, no olvides que cada grado se integra en un contexto. Es decir, puedes analizar las perspectivas de evolución o crecimiento del sector en el que tendrás la posibilidad de trabajar con un título específico. ¿La oferta de empleo es elevada o la situación no es tan prometedora? Quizá puedas encontrar alguna alternativa que se ajuste más a tu desarrollo profesional y a las necesidades del contexto.
4. Formación complementaria para actualizar el currículum
Después de finalizar tus estudios universitarios, tendrás la posibilidad de seguir formándote y aprendiendo. Diseña un proyecto a largo plazo. Es decir, alinea el título que más se ajuste a tus expectativas con otras oportunidades como la realización de un máster, una tesis doctoral, un curso de especialización… ¿Qué opciones valoras ahora cuando visualizas el camino que quieres completar a largo plazo?
Es importante que elijas un grado que te acerca a ese horizonte profesional que visualizas en este instante cuando tienes en cuenta tu proyección de futuro. Pues bien, es fundamental que escuches lo que sientes cuando te imaginas a ti mismo en un puesto de empleo concreto. Es positivo que te orientes hacia una oportunidad que alimenta en ti la ilusión, la alegría, la energía positiva y la motivación.