La creatividad y la imaginación son dos ingredientes que pueden empezar a cultivarse durante la niñez. Las familias, al igual que el entorno educativo, ofrecen un marco de referencia para los niños en su interacción con la realidad. ¿Qué pueden hacer los padres para fomentar el potencial creativo de sus hijos sin recurrir a las pantallas? Las pantallas pueden utilizarse con un criterio pedagógico en el ámbito académico.
También forman parte de la rutina de muchos hogares. Sin embargo, cuando se utilizan en exceso, interfieren en la comunicación entre padres e hijos. Y, además, pueden llegar a fomentar una dependencia excesiva. ¿Qué alternativas es posible valorar en este contexto?
1. Educar y cultivar el interés por la lectura
A través del propio ejemplo personal, los padres transmiten valiosas lecciones a sus hijos. Por ejemplo, cuando un progenitor acude a la biblioteca con frecuencia para consultar las novedades del catálogo, muestra su interés por el universo literario. Pues bien, también puede acompañar positivamente a su hijo en este descubriminto personal. La lectura en voz alta, la asistencia a cuentacuentos y la creación de historias son algunos ejemplos de propuestas que giran en torno a las palabras. También es posible regalar libros infantiles en Navidad, cumpleaños o vuelta al cole.
2. El aburrimiento infantil no es negativo
¿Por qué es importante que las pantallas no llenen el tiempo libre de los niños? Porque pueden llegar a tapar el aburrimiento infantil a través de la ocupación continua. Y la sobreprotección no es una respuesta adecuada ante el aburrimiento que puede sentir un niño. Esa sensación, aunque resulta menos estimulante que otras experiencias personales, no es negativa. De hecho, la creatividad y la imaginación son valiosos recursos para transformar un escenario que está condicionado por el aburrimiento, en un momento de diversión.
3. Actividades culturales
Las actividades culturales son muy creativas. El teatro y el cine son propuestas muy positivas. Por ejemplo, es recomendable comentar una película en familia. Los padres pueden hacer preguntas abiertas a sus hijos sobre el argumento, los valores, los personajes o cualquier otra cuestión sobre la obra. Del mismo modo, es posible planificar visitas a museos. La esencia del arte puede cultivarse en el propio hogar por medio de actividades atemporales como dibujar, colorear o pintar. Y conviene elegir actividades extraescolares de temática artística.
4. Elección de regalos educativos
¿Cómo potenciar la creatividad de los niños sin recurrir a las pantallas? En ese caso, es importante hacer regalos educativos en fechas específicas como la Navidad y el cumpleaños. Es decir, es fundamental seleccionar una propuesta acorde a la edad del niño que fomente su aprendizaje. Conviene practicar el consumo responsable a través de hábitos de compra que priorizan las necesidades del niño. Si buscas un buen regalo para tu hijo, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué habilidades o destrezas puede llegar a desarrollar a través del juego con esa propuesta?
5. Conversaciones familiares
El exceso de pantallas interfiere en la comunicación y el diálogo entre padres e hijos. Crea una barrera en la interacción, potencia el silencio y genera una distancia. Es recomendable cultivar el arte de la conversación en el hogar. El desayuno, la comida y la cena ofrecen espacios para compartir momentos de calidad en familia, especialmente, durante el fin de semana. ¿Por qué el diálogo familiar nutre la creatividad y la imaginación infantil? Porque ofrece diferentes perspectivas y puntos de vista sobre la realidad.
Finalmente, existen otras propuestas que producen una huella positiva en los hijos: viajar, disfrutar del contacto con la naturaleza y cultivar la escritura creativa. Los padres pueden implicarse para crear un entorno de aprendizaje y descubrimiento.