La zona de estudio es clave para potenciar el bienestar, la concentración y la productividad en el plano académico. Habitualmente, muchos estudiantes acuden a la biblioteca en busca de un entorno práctico y silencioso para repasar los apuntes, preparar un próximo examen o realizar un proyecto de equipo.
Pues bien, el tiempo de estudio en la biblioteca del centro educativo o del barrio puede complementarse con otro entorno de referencia: la casa. Es decir, la zona de estudio tiene una gran importancia en relación con el confort y la funcionalidad. ¿Qué aspectos conviene valorar en este contexto?
1. Orden y organización
Es difícil mantener la atención en una materia concreta cuando el espacio más inmediato luce una imagen caótica y desordenada. Por ello, una mesa ordenada crea el marco ideal para estudiar durante un rato. En consecuencia, antes de sentarte, puedes hacer un repaso para depositar cada elemento en su lugar. En consecuencia, el escritorio también puede complementarse con otros muebles prácticos que proporcionan un buen soporte para poner los materiales en un entorno accesible.
2. Personalización
Una zona de estudio o una oficina de trabajo no tiene por qué mostrar un look previsible, aburrido o monótono. De hecho, aunque es una estancia que tiene unas características muy reconocibles a nivel general, es esencial que la decoración de este rincón tenga algún toque totalmente personal. Por ejemplo, ese estilo decorativo que más se adapta a tus preferencias, alguna fotografía o cualquier detalle que conecta con tu historia personal.
3. Iluminación
Es recomendable que la zona de estudio cuente con una buena fuente de iluminación natural que, a su vez, se complementa con distintos puntos de luz artificial. De este modo, puedes encontrar las condiciones adecuadas para estudiar en distintos horarios. Aunque, siempre que sea posible, es recomendable aprovechar la claridad del día para realizar esta tarea y cuidar la salud visual. Sin embargo, la agenda de estudio también se alinea con otras responsabilidades en la agenda personal como, por ejemplo, el tiempo de clases. Por esta razón, el flexo es un elemento muy práctico en el escritorio.
4. Decoración
La decoración de la zona de estudio puede lucir una estética muy atractiva desde su sencillez. Pero es positivo que diseñes un espacio que te guste y te resulte agradable. Si quieres crear un rincón de estilo rústico, prioriza el mobiliario en madera clara. ¿Prefieres que la zona de estudio tenga una esencia nórdica? Selecciona una mesa blanca, por ejemplo. Si deseas que este espacio tan personal se alinee con el estilo ecléctico, mezcla diversas tendencias.
5. Es aconsejable estudiar siempre en el mismo lugar
Es recomendable establecer una rutina de estudio que se adapta al nivel académico y a las necesidades personales. La rutina va más allá de la gestión del tiempo y la planificación de horarios. Por ejemplo, es positivo que el alumno se familiarice con ese lugar en el que realiza los trabajos de clase, aplica las técnicas de estudio, pasa a limpio los apuntes y prepara los exámenes. Por esta razón, es tan recomendable que, aunque estudies en la biblioteca durante algún rato, también tengas un rincón propio (preparado para el desarrollo de esta tarea).
Por tanto, el diseño de la zona de estudio es clave desde distintas perspectivas. En relación con el bienestar, es positivo que los muebles seleccionados fomenten el cuidado de la postura corporal y la seguridad en el entorno. Desde el punto de vista emocional, la zona de estudio también puede personalizarse con detalles específicos como, por ejemplo, cuadros y láminas de paisajes naturales. Por otra parte, el entorno también se nutre con el valor del silencio, el orden y la organización.