En la actualidad, existen distintos procesos que son muy importantes en el ámbito empresarial. Por ejemplo, las empresas diseñan una hoja de ruta que integra distintas pruebas para seleccionar al perfil más adecuado para un puesto de empleo. Sin embargo, tras la contratación de un colaborador y su implicación directa en la empresa, también es posible analizar cuál es su aportación al proyecto. Es decir, un profesional responsable, competente y cualificado se alinea con los objetivos de la organización. Y la productividad, un término que es tan importante en el ámbito corporativo, también pone el foco en los resultados.
Pues bien, la evaluación del desempeño pone el acento, precisamente, en este aspecto. Hay que tener en cuenta que, dentro del organigrama de una empresa, cada puesto de empleo presenta sus propias particularidades y características. Es decir, un cargo específico se alinea con unas competencias, funciones, tareas, plazos de tiempo y responsabilidades. En consecuencia, la evaluación del desempeño analiza la realidad concreta de cada puesto para hacer un diagnóstico objetivo que esté respaldado por datos.
Identificar las áreas de mejora, las fortalezas, los aciertos y las limitaciones
En consecuencia, el departamento de recursos humanos selecciona los medios y herramientas clave para llevar a cabo el análisis. Los ingredientes seleccionados son aquellos que se adaptan mejor a las necesidades y particularidades del puesto de empleo. Por otra parte, la estrategia desarrollada también se alinea con un objetivo específico. Esta evaluación tiene un propósito positivo desde una doble perspectiva.
Aporta información de valor al empleado que, por medio de la retroalimentación constructiva que recibe a partir de los resultados proporcionados, obtiene una visión más amplia de su labor profesional. Por ejemplo, conoce sus fortalezas y sus aciertos, pero también puede identificar otras áreas de mejora. La evaluación del desempeño muestra el compromiso de una empresa que forma y acompaña a sus empleados en un camino de aprendizaje constante.
¿Para qué sirve la evaluación del desempeño laboral?
Es decir, el propósito de la evaluación del desempeño es totalmente positivo. Y es importante que la empresa transmita al empleado el fin de este proceso desde una perspectiva constructiva. Es recomendable que el empleado no sienta que se trata de un examen exigente cuyo único fin es señalar los errores que comete. En la actualidad, la formación continua es una inversión importante para el profesional y, también, para la empresa.
Esta última se nutre con el talento y el conocimiento de quienes integran el organigrama. Sin embargo, la formación eficaz también tiene una planificación. Por ejemplo, es importante identificar qué formación puede ayudar a un profesional a afrontar mejor su puesto de empleo.
La evaluación del desempeño laboral aporta respuestas clave en torno al puesto de empleo
La rutina del trabajo del día a día gira en torno a muchas cuestiones y objetivos: atención al cliente, comunicación con los proveedores, proyectos, reuniones de trabajo… Sin embargo, el análisis de resultados aporta luz a diferentes apartados de la empresa. Por ejemplo, actualmente se integra en el ámbito del marketing digital. Pues bien, la evaluación y el seguimiento también pueden aplicarse a la realidad de un puesto de empleo.
Por tanto, permite evaluar aquellos aspectos que han motivado el propio proceso de evaluación. Es decir, el plan de acción tiene en cuenta una serie de criterios que aportan un esquema que resulta esencial para analizar el desempeño asociado a un puesto determinado. Los resultados derivados del proceso ayudan a identificar aspectos que pasan más desapercibidos en el ritmo de la rutina diaria. Y, sin embargo, conviene poner el foco en cuestiones tan importantes como las áreas de mejora para apoyar al trabajador en su proceso de evolución.